Imaginemos ahora un entorno acuático como puede ser un gran lago. Este lago conforma en sí mismo  un ecosistema, ya que contiene sus propios factores bióticos y abióticos, en este caso de tipo acuático (decir que los tipos de ecosistemas los veremos en otro recurso de este itinerario). Por otro lado, imaginemos un entorno árido y seco como puede ser una zona semidesértica, que por sí misma también conforma un ecosistema, por tener sus propios factores bióticos y abióticos, en este caso de tipo desértico.

Nos puede resultar difícil encontrar unas características comunes al lago y a la zona semidesértica, pero existen algunas que se repiten en todos los ecosistemas. Como veremos en los tipos de ecosistemas y en su clasificación es importante hacer una diferenciación entre ecosistemas acuáticos y terrestres, ya que son muy diferentes, no obstante existen factores que se repiten en todos ellos. Estas características son:

Un ecosistema siempre es variable, es decir, presenta algunos cambios debidos a diversas situaciones, como pueden ser los cambios climáticos de las estaciones o las migraciones.

Los ecosistemas son dinámicos, debido al flujo de energía y movimiento constante que ocurre en él, como puede ser el movimiento del agua de un río.

Por último los ecosistemas son complejos, ya que en ellos se producen infinidad de relaciones, tanto entre los seres vivos, como entre seres vivos y elementos inertes, como el que se produce entre un árbol y los seres vivos que se cobijan en él.