La Tierra es un lugar inmenso donde se producen infinidad de relaciones entre los distintos seres vivos que la habitan y los elementos físicos que existen en un determinado lugar. Para entender mejor estas relaciones existe una rama de la Biología llamada Ecología, que se encarga de estudiar los ecosistemas y las relaciones entre los organismos vivos y el medio ambiente donde habitan.

Atendiendo a la definición de ecosistema que veremos a continuación podemos encontrar grandes ecosistemas, como el que forma todo el Océano Pacífico, un masa grandísima de agua salada con infinidad de seres vivos que habitan en ella, o una pequeña charca de agua dulce de un par de metros, donde se han desarrollado algunas larvas de insectos, distintos microorganismos, incluso algas o pequeñas plantas alrededor. Esto es debido a que en ambos casos se cumplen los distintos factores y características que definen los ecosistemas:

Un ecosistema se puede definir como el sistema de seres vivos que habitan en un lugar, los elementos físicos específicos del mismo y las relaciones que se producen entre todos ellos.

Si volvemos a la comparación del ecosistema del Océano Pacífico y el de la charca, observamos que en ambos casos se cumple que existen seres vivos que habitan cada uno de ellos, que existen distintos elementos físicos, como pueden ser el tipo de agua, las rocas que puede haber, la cantidad de sol que incide sobre cada uno o la temperatura que hay en cada lugar y que existen relaciones entre los propios seres vivos como puede ser la depredación, o relaciones entre los seres vivos y el medio físico, como puede el que un tipo determinado de pez se oculte en los huecos de las rocas para evitar a los depredadores.

Conviene en este momento recordar que al conjunto de seres vivos que conviven en un ecosistema se le llama factores bióticos (biocenosis), mientras que al conjunto de elementos físicos, en este caso inertes, se le llama factores abióticos (biotipo).

La existencia de un determinado ecosistema en el tiempo se produce gracias a que, de forma natural, ocurre un equilibrio entre los distintos seres vivos que cohabitan en ese lugar en relación a los medios físicos que los rodean. Esto quiere decir que las condiciones físicas de este medio no varían demasiado con el tiempo y los seres vivos se adaptan a ellas y que las especies que se encuentran en ese lugar logran sobrevivir en el tiempo. 

Un desequilibrio en esta estructura puede abocar a la desaparición o a la transformación de un ecosistema y esto puede ocurrir de forma también natural, como puede ser un cambio en la climatología de un lugar o un fenómeno atmosférico importante como un huracán, o a la acción del ser humano. En este caso el cambio se produce de forma artificial.

Desgraciadamente, este último caso es el más habitual y el que nos ha llevado a una situación crítica sobre la conservación del medioambiente y, por lo tanto, del respeto del desarrollo natural de determinados ecosistemas.

Uno de los objetivos del estudio de los ecosistemas es la concienciación sobre el respeto de la fauna y la flora de los diferentes lugares que podemos visitar, de igual manera que el respeto de los elementos físicos del mismo. Simplemente desviando el pequeño cauce de un arroyo colocando una piedra en su curso puede hacer que cambie la vida en ese entorno...