Vamos a explicar el uso de las letras mayúsculas. Prestad mucha atención a las siguientes reglas ortográficas para un empleo adecuado de las letras mayúsculas, pues son esenciales a la hora de escribir un texto correctamente. No os preocupéis, siempre podéis volver a repasar estas instrucciones si tenéis alguna duda.

¿Qué son las letras mayúsculas?

Para responder a esta pregunta, fijaos bien en las dos siguientes líneas:

a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z.

A, B, C, D, E, F, G, H, I, J, K, L, M, N, Ñ, O, P, Q, R, S, T, U, V, W, X, Y, Z

¿Veis alguna diferencia?

En realidad, lo que hay escrito en ambas líneas es lo mismo: el abecedario que ya os sabéis. Sin embargo, la primera línea está escrita usando letras minúsculas, mientras que en la segunda línea utilizamos letras mayúsculas.

Las letras mayúsculas son signos de mayor tamaño y de diferente forma que las letras minúsculas, aunque representan los mismos sonidos.

Entonces, la pregunta clave es: ¿Cuándo utilizamos las mayúsculas?

El uso de las letras mayúsculas

Las letras mayúsculas se usan en los siguientes casos:

• Cuando comenzamos un texto. Por ejemplo:

Había una vez un caballo que vivía en una granja.

• Detrás de un punto. Por ejemplo:

Había una vez un caballo que vivía en una granja. Era muy grande y hermoso.

• Cuando se empieza una nueva oración. Por ejemplo:

Había una vez un caballo que vivía en una granja. Era muy grande y hermoso. Todos los días corría por el prado y se divertía muchísimo.

• En los nombres propios. Todos los nombres propios, ya sean de personas y sus apellidos, animales, países, ciudades, ríos, montañas, monumentos, cuadros, establecimientos, etc. se escriben con mayúsculas.

  Los nombres propios designan objetos, personas, animales o lugares diferenciándolos del resto de nombres. Por ejemplo:      

Había una vez un caballo que vivía en una granja. Era muy grande y hermoso. Todos los días corría por el prado y se divertía muchísimo. Se llamaba Rucio.

Ejemplos de sustantivos propios.

Tras repasar brevemente las reglas ortográficas que rigen el uso de las mayúsculas en nuestra lengua, es el momento de llevar a la práctica lo aprendido para comprobar que habéis comprendido todo correctamente. 

Así que, ¿os ponéis manos a la obra para demostrar todo lo que sabéis sobre el uso de las mayúsculas? 

¡Mucho ánimo! Todo esfuerzo tiene su recompensa.