Nuestro cuerpo cambia a lo largo de la vida: cambia la talla, cambia el peso, la estatura, cambia la masa muscular o la distribución de la grasa corporal, la apariencia externa.
Pero también van cambiando las modas, las costumbres sociales, las amistades, las formas de relacionarse. La adolescencia es una etapa de reconocimiento y afirmación personal, donde somos muy influenciables no sólo por los ideales estéticos (actualmente demasiado basados en la apariencia, la delgadez y el culto por la línea), sino también por la presión del grupo.
Es normal que queramos formar parte de un grupo, de una “tribu”, vestirnos reafirmando nuestra personalidad, etc., pero no tenemos por qué adaptarnos a una imagen determinada por la moda y la publicidad. La pertenencia a grupos es saludable y nos ayuda a crecer como personas, pero, a veces, la necesidad de sentir aceptación por parte de un grupo puede obligarnos a hacer cosas que no queremos, reduciendo nuestra capacidad de decisión y con posibles consecuencias negativas. Anorexia, bulimia, abuso del alcohol o tabaco, son algunos de ellos.
Cada persona es única, diferente de las demás, con sus recursos, ideas, sentimientos, habilidades, comportamientos… Conocerse, aceptarse, reconocernos diferentes, respetarnos, valorarnos, intercambiar ideas, sentimientos, deseos, interacciones positivas y de calidad… son herramientas útiles para el desarrollo de personas y grupos saludables.
En esta serie de tareas, vamos a acercarnos a algunos de estos temas desde el punto de vista científico. Buscaremos información y haremos actividades que nos harán reflexionar y sensibilizarnos. Si estamos bien "por dentro", también lo hacemos "por fuera".