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Creamos y recreamos

El compromiso que no cesa...

A lo largo de la situación de aprendizaje hemos trabajado, especialmente, con textos de autores y autoras que concebían su quehacer literario como un tipo de compromiso con la sociedad en la que vivían. Estos escritores entendían que una de las funciones de la literatura y del arte era la denuncia y la crítica social para intentar que su palabra fuera escuchada y tuviera influencia para ayudar a mejorar su mundo.

marcha de mujeres
mike_ramirez_mx-. Día de la mujer (CC0)

Vamos a recordar que al comienzo de este proyecto decíamos: "Hoy, en estas primeras décadas del siglo XXI también hay en nuestro entorno muchas situaciones injustas, problemas sociales, medioambientales… que nos gustaría denunciar. ¿Os gustaría tomar la palabra para poner voz a esas personas que sufren por la guerra, la represión, la inmigración, la discriminación…? Vamos a conocer primero lo que escribieron algunos de esos autores y luego nosotros y nosotras… ¿nos animamos a escribir algo parecido…? " Ya hemos leído textos, investigado...  Ahora vamos a ponernos en el papel de escritores y escritoras y a utilizar alguno de los textos trabajados. Imaginaremos de qué hablaría ese texto, sobre qué problema social incidiría si se hubiera escrito hoy.

Adaptaremos el tema de un texto y su contenido situándolo en nuestros días y mantendremos el espíritu de denuncia frente al problema que plantea en la realidad del siglo XXI. Además, lo cambiaremos de género literario y lo convertiremos en una breve escena teatral que vamos a representar y cuya representación se puede grabar en vídeo para ser difundida.

Antes de comenzar, revisemos bien los objetivos. ¿Tenemos claro que significa cada uno? Al acabar la tarea debemos pensar si los hemos conseguido y qué dificultades hemos encontrado.

Además de utilizar otras herramientas de evaluación para valorar el trabajo realizado, nuestra tarea será evaluada de acuerdo con la Rúbrica de una representación teatral (Descargar documento en formato editable y en pdf).

Objetivos:

Al finalizar esta tarea debemos ser capaces de:

  • Comprender el sentido del texto elegido y explicitarlo en un comentario personal.
  • Reformularlo de un modo coherente adecuándolo a un problema social de actualidad.
  • Reconocer las convenciones básicas de un texto teatral.
  • Redactar una escena teatral
  • Representar la escena escrita siguiendo las normas del género.
  • Trabajar de manera compartida asumiendo las tareas asignadas.

Temas de ayer y de hoy...

Quizás podríamos reflexionar sobre si la literatura actual asume la función de compromiso o va por otros derroteros. ¿Cómo lo veis vosotros y vosotras? Nosotros, en nuestro aula, sí vamos a asumir este compromiso y por ello, como primer paso de nuestra tarea, vamos a actualizar un texto literario para que refleje una problemática de hoy en día.

En nuestra opinión, ¿Cuál sería el reto o problema más importante de nuestra sociedad? ¿Qué temas podrían ser objeto de denuncia en las obras literarias de hoy en día? Los grandes problemas de la sociedad van cambiando de contexto pero gran parte de ellos son muy parecidos ahora en la tercera década del siglo XXI a los que había en la segunda mitad del siglo XX. Seguro que conocéis los llamados Objetivos de Desarrollo Sostenible que tratan de recoger estos grandes retos globales de nuestra sociedad para lograr una transformación de la misma.

persona en la calle
peggy_Marco. Hombre blanco (Licencia Pixabay)

En un primer paso vamos a  elegir, con la supervisión del profesor o profesora, un texto de los ya trabajados o de la Antología para nuestra recreación. Os sugerimos los siguientes:

"Cinco horas con Mario" de Miguel Delibes

La novela está narrada en primera persona por Carmen Sotillo, quien acaba de perder a su marido Mario en plena noche. Mientras espera la llegada de la familia para el funeral, Carmen pasa cinco horas junto al cadáver de su esposo, reflexionando sobre su matrimonio y su vida juntos. Se puede relacionar con la situación de desigualdad de género, con el feminismo, con la  coeducación....

A continuación leemos un pequeño fragmento para realizar la tarea:

Don de Yavé son los hijos: es merced suya el fruto del vientre. Lo que las saetas en la mano del guerrero, eso son los hijos de la flor de los años. ¡Bienaventurados los que de ellos tienen llena su aljaba! ¡Qué bonito! Pero luego la que andaba todo el día de Dios como un zarandillo era yo. No es por nada, Mario, pero algún día te darás cuenta de lo poco que me has ayudado en la educación de los niños, que Antonio, que es un gran pedagogo, lo dice, ya ves, que cuando el padre se inhibe, los hijos lo notan, qué cosa, que pueden ser como cojos pero por dentro, ¿comprendes?, tarados o eso. Claro, en este punto, no es ninguna novedad, los malos ratos para la madre; que los hombres sois todos unos egoístas, ya se sabe, que ni cortados por el mismo patrón, pero si hay uno que se lleve la palma a este respecto, ese eres tú, Mario, cariño, y perdona mi franqueza. ¡Hay que ver!, se te metió entre ceja y ceja que las niñas estudiaran y ahí las tienes, contra viento y marea, la pobre Menchu, y no te hagas el tonto que sabes de sobra que las niñas que estudian, a la larga, unos marimachos. En cambio, con los niños, muy bonito, otra medida, mira tú que bien, y si no quieren estudiar que trabajen con las manos. Pero ¿es que estás en tus cabales, Mario? ¿Te imaginas a un Sotillo en mono? Que me aspen si te entiendo, hijo, pero la verdad es que tienes unos gustos que merecen palos, que la vocación es muy respetable, de acuerdo, pero hay vocaciones para pobres y vocaciones para gente bien, cada uno en su clase, creo yo, que a este paso, a la vuelta de un par de años, el mundo al revés, los pobres de ingenieros y la gente pudiente arreglando los plomos de la luz, fíjate qué gracia. Pero para las niñas no hay vocación que valga, la ley del embudo, como yo digo, eso no rige, y si tienen vocación de madres, lo más noble que puede haber, que se aguanten y al Instituto, por la sencilla razón de que las niñas no pueden ser ignorantes, qué menos que el bachiller, que me herías en lo más vivo, Mario, por si te interesa saberlo, que yo no soy bachiller y a ti te consta, pero el caso era quitarme la autoridad delante de mis hijos, que esa es una cosa que no podré perdonarte, cariño, por mil años que viva, porque si hay algo aborrecible en este mundo es eso, echar a los hijos contra la madre, tarea de diablos, así como suena, y eso es lo que has estado haciendo tú día tras día y año tras año, con una constancia digna de mejor causa. Y, luego, en vez de apoyarme cuando les decía que se limpiaran los zapatos al entrar en casa y que aprendieran a manejar los cubiertos de pescado, me salías por peteneras de que lo que debían hacer era leer. (...)

"Réquiem por un campesino español" de Ramón J. Sender

En un pueblecito aragonés, el párroco Mosén Millán se dispone a ofrecer una misa por el alma de Paco el del Molino, un joven campesino al que quería como a un hijo. Mientras aguarda a los feligreses, el cura reconstruye los hechos acontecidos durante la frustrada mediación que inició con la esperanza de poder salvar al muchacho, pero que solo sirvió para entregarlo a las fauces de sus ejecutores. Se puede relacionar con los conflictos políticos, con los enfrentamientos ideológicos, con los conflictos armados...

A continuación leemos un pequeño fragmento para realizar la tarea:

Momentos después lo habían sacado de las Pardinas, y lo llevaban a empujones y culatazos al pueblo. Le habían atado las manos a la espalda. Andaba Paco cojeando mucho, y aquella cojera y la barba de quince días que le ensombrecía el rostro le daban una apariencia diferente. Viéndolo mosén Millán le encontraba un aire culpable. Lo encerraron en la cárcel del municipio. Aquella misma tarde los señoritos forasteros obligaron a la gente a acudir a la plaza e hicieron discursos que nadie entendió, hablando del imperio y del destino inmortal y del orden y de la santa fe. Luego cantaron un himno con el brazo levantado y la mano extendida, y mandaron a todos retirarse a sus casas y no volver a salir hasta el día siguiente bajo amenazas graves. Cuando no quedaba nadie en la plaza, sacaron a Paco y a otros dos campesinos de la cárcel, y los llevaron al cementerio, a pie. Al llegar era casi de noche. Quedaba detrás, en la aldea, un silencio temeroso. El centurión, al ponerlos contra el muro, recordó que no se habían confesado, y envió a buscar a mosén Millán. Éste se extrañó de ver que lo llevaban en el coche del señor Cástulo. (Él lo había ofrecido a las nuevas autoridades.) El coche pudo avanzar hasta el lugar de la ejecución. No se había atrevido mosén Millán a preguntar nada. Cuando vio a Paco, no sintió sorpresa alguna, sino un gran desaliento. Se confesaron los tres. Uno de ellos era un hombre que había trabajado en casa de Paco. El pobre, sin saber lo que hacía, repetía fuera de sí una vez y otra entre dientes: «Yo me acuso, padre..., yo me acuso, padre...». El mismo coche del señor Cástulo servía de confesionario, con la puerta abierta y el sacerdote sentado dentro. El reo se arrodillaba en el estribo. Cuando mosén Millán decía ego te absolvo, dos hombres arrancaban al penitente y volvían a llevarlo al muro. El último en confesarse fue Paco. -En mala hora lo veo a usted -dijo al cura con una voz que mosén Millán no le había oído nunca-. Pero usted me conoce, mosén Millán. Usted sabe quién soy. -Sí, hijo. -Usted me prometió que me llevarían a un tribunal y me juzgarían. -Me han engañado a mí también. ¿Qué puedo hacer? Piensa, hijo, en tu alma, y olvida, si puedes, todo lo demás. - ¿Por qué me matan? ¿Qué he hecho yo? Nosotros no hemos matado a nadie. Diga usted que yo no he hecho nada. Usted sabe que soy inocente, que somos inocentes los tres. -Sí, hijo. Todos sois inocentes; pero ¿qué puedo hacer yo? -Si me matan por haberme defendido en las Pardinas, bien. Pero los otros dos no han hecho nada. Paco se agarraba a la sotana de mosén Millán, y repetía: «No han hecho nada, y van a matarlos. No han hecho nada». Mosén Millán, conmovido hasta las lágrimas, decía: -A veces, hijo mío, Dios permite que muera un inocente. Lo permitió de su propio Hijo, que era mas inocente que vosotros tres. Paco, al oír estas palabras, se quedó paralizado y mudo. El cura tampoco hablaba. Lejos, en el pueblo, se oían ladrar perros y sonaba una campana. Desde hacía dos semanas no se oía sino aquélla campana día y noche. Paco dijo con una firmeza desesperada: -Entonces, si es verdad que no tenemos salvación, mosén Millán, tengo mujer. Está esperando un hijo. ¿Qué será de ella? ¿Y de mis padres? Hablaba como si fuera a faltarle el aliento, y le contestaba mosén Millán con la misma prisa enloquecida, entre dientes. A veces pronunciaban las palabras de tal manera, que no se entendían, pero había entre ellos una relación de sobrentendidos. Mosén Millán hablaba atropelladamente de los designios de Dios, y al final de una larga-lamentación preguntó: -¿Te arrepientes de tus pecados? Paco no lo entendía. Era la primera expresión del cura que no entendía. Cuando el sacerdote repitió por cuarta vez, mecánicamente, la pregunta, Paco respondió que sí con la cabeza. En aquel momento Mosén Millán alzó la mano, y dijo: Ego te absolvo in... Al oír estas palabras dos hombres tomaron a Paco por los Réquiem por un campesino español Ramón J. Sender 26 brazos y lo llevaron al muro donde estaban ya los otros. Paco gritó: -¿Por qué matan a estos otros? Ellos no han hecho nada. Uno de ellos vivía en una cueva, como aquel a quien un día llevaron la unción. Los faros del coche -del mismo coche donde estaba mosén Millán- se encendieron, y la descarga sonó casi al mismo tiempo sin que nadie diera órdenes ni se escuchara voz alguna. Los otros dos campesinos cayeron, pero Paco, cubierto de sangre, corrió hacia el coche. -Mosén Millán, usted me conoce -gritaba enloquecido. Quiso entrar, no podía. Todo lo manchaba de sangre. Mosén Millán callaba, con los ojos cerrados y rezando. El centurión puso su revólver detrás de la oreja de Paco, y alguien dijo alarmado: -No. ¡Ahí no! Se llevaron a Paco arrastrando. Iba repitiendo en voz ronca: -Pregunten a mosén Millán; él me conoce. Se oyeron dos o tres tiros más. Luego siguió un silencio en el cual todavía susurraba Paco: «Él me denunció... Mosén Millán, mosén Millán...». El sacerdote seguía en el coche, con los ojos muy abiertos, oyendo su nombre sin poder rezar. Alguien había vuelto a apagar las luces del coche.

"Memoria de la melancolía" de María Teresa León

Este libro es una autobiografía, pero también es un testimonio histórico, que cuenta de primera mano episodios decisivos de nuestra historia. Se puede relacionar con las causas del exilio, con la emigración, con la situación de los refugiados.

A continuación leemos un pequeño fragmento para realizar la tarea:

“Estoy cansada de no saber dónde morirme. Esa es la mayor tristeza del emigrado. ¿Qué tenemos nosotros que ver con los cementerios de los países donde vivimos? Habría que hacer tantas presentaciones de los otros muertos, que no acabaríamos nunca. Estoy cansada de hilarme hacia la muerte. Y sin embargo, ¿tenemos derecho a morir sin concluir la historia que empezamos? ¿Cuántas veces hemos repetido las mismas palabras, aceptando la esperanza, llamándola, suplicándola para que no nos abandonase? Porque todos los desterrados de España tenemos los ojos abiertos a los sueños. León Felipe aseguró que nos habíamos llevado la canción en los labios secos y fruncidos callados y tristes. Yo creo que nos hemos llevado la ley que hace al hombre vivir en común la ley de la vida diaria hermosa verdad transitoria. (…) Nosotros somos aquellos que miraron sus pensamientos uno por uno durante 30 años. Durante 30 años suspiramos por nuestro paraíso perdido, un paraíso nuestro, único, especial. Un paraíso de casas rotas y techos desplomados. Un paraíso de calles deshechas, de muertos sin enterrar. Un paraíso de muros derruidos, de torres caídas y campos devastados. Un paraíso donde quedó la muchacha, el muchacho, la sonrisa, la canción, la flor, el amor, la juventud, los ojos, los labios tensos para besar, la mano amiga en la mano, los dedos entre el pelo, la gracia, la palabra, la camaradería, la promesa, el gesto el aliento todo, todo, todo... Nada tenemos que ver nosotros con las imágenes que nos muestran de España ni el cuento nuevo que nos cuentan (…) Nosotros somos los desterrados de España, los que buscamos la sombra, la silueta, el ruido de los pasos del silencio, las voces perdidas. Nuestro paraíso no es de árboles ni de flores permanentemente coloreados. Dejadnos las ruinas. Debemos comenzar desde las ruinas. Llegaremos. Regresaremos con la ley, os enseñaremos las palabras enterradas bajo los edificios demasiado grandes de las ciudades que ya no son las nuestras. Nuestro paraíso, el que defendimos, está debajo de las apariencias actuales.”

Una vez seleccionado, debemos trabajar para desentrañar su significado y para aclarar qué sensaciones, sugerencias... nos provoca su lectura. También es importante que tratemos de actualizar el texto y pensemos en qué se centraría si se hubiera escrito en la actualidad. ¿Cómo trataría el tema, hoy en día, este autor o autora? ¿Cómo sería su compromiso? Nos organizaremos en grupos de cuatro y mantendremos el sentido de crítica o de denuncia del texto original. Para organizar nuestras reflexiones utilizaremos la plantilla para realizar la actualización y la planificación del contenido. (Descargar documento en formato editable y en pdf Mientras realizamos nuestra tarea podemos escuchar a Rayden en su tema "Dios odio" o a Manu Chao con su canción "Clandestino" para ambientarnos en manifestaciones artísticas de hoy en día que denuncian la realidad como hacen estos dos músicos.

Paso a paso...

Para afrontar y realizar nuestra tarea de la manera más adecuada tenemos que tomar diferentes decisiones sobre la misma que girarán en torno a los siguientes puntos:

  • Revisión de las características del texto teatral
  • Escritura de la escena teatral: borrador, evaluación entre iguales y redacción del texto definitivo
  • Planificación de la representación
Trabajando en grupo
startupstockphotos. Puesta en marcha (CC0)

Iremos paso a paso para buscar el mejor resultado. ¿Preparadas...? ¿Preparados...?

Se abre el telón...

Duración:
1 sesión
Agrupamiento:
Grupos de cuatro

Es el momento de poner en práctica todo lo que hemos preparado en esta secuencia y representar nuestra escena. Antes de empezar, consultaremos también la Rúbrica para evaluar la escena teatral (Descargar documento en  formato editable y en pdf) con la que se va a evaluar esta tarea final.

Entrada de espectáculo
igorovsyannykov. Billete (CC0)

El profesor o profesora organizará los turnos para la representación de los diferentes grupos y también designará a los responsables de grabar cada representación. Cada una de nuestras escenas nos ayudará a entender mejor los textos literarios de esta época y a comprender mejor, asimismo, situaciones de nuestro entorno social. También, podemos utilizarlas para facilitar la comprensión de estos temas a otras personas. Para ello, la subiremos al canal del centro o difundiremos a través de las redes sociales del mismo todas las grabaciones.

Pensar para aprender: completo el semáforo de mi aprendizaje

Para aprender es necesario pensar sobre lo hecho. Por ello, al acabar cada secuencia de aprendizaje es importante aclarar qué emociones o sensaciones nos ha despertado, qué dificultades hemos encontrado, qué hemos aprendido, qué podemos cambiar...  Antes de comenzar la última secuencia del proyecto, terminaremos haciendo una reflexión sobre lo trabajado en los últimos días.

Vamos a emplear la cuarta versión del  “Semáforo de de mi aprendizaje”. Utilizaremos la plantilla Semáforo de aprendizaje. Creamos y recreamos (Descargar documento en formato editable y en pdf) que hemos preparado para anotar los resultados de nuestra reflexión de manera individual, y la guardaremos, con nuestro nombre, en el apartado individual del portafolio de grupo. Esta reflexión debe servir para:
  • Aclarar los puntos fuertes de nuestro trabajo
  • Resolver las dudas sobre nuestro trabajo
  • Reconocer los elementos que han resultado más complicados

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