La transformación de la energía.
Si observamos a nuestro alrededor, de forma constante la energía fluye para transformar estados en los cuerpos o generar movimiento en ellos. Cuanta más energía mayor transformación. Los procesos de cambio ocurren continuamente dando lugar a transformaciones de formas de energía. Por ejemplo, con la energía química que contienen unas baterías o pilas podemos obtener movimiento de una hélice en un ventilador o batidora portátil.
Dependiendo de cómo la energía se manifiesta en los cuerpos podemos tener: energía potencial, energía cinética, energía mecánica, energía química, energía térmica, energía eléctrica, energía nuclear y energía radiante.
Propiedades y características de la energía.
Bien es sabida la frase del físico Albert Einstein: "La energía ni se crea ni se destruye, sino que se transforma". Esta propiedad de conservación de la energía formula uno de sus principios, de manera que cualquier manifestación de la energía podrá transformarse y manifestarse de otro modo, pero la cantidad de energía será la misma.
Aquí tendríamos dos propiedades de la energía: que se puede transformar y que se conserva.
Además los cuerpos pueden transferir formas de energía, por ejemplo en forma de calor o vibración.
Aunque también durante los procesos puede haber parte de la energía que pierda parte de su potencial, diríamos que se degrada. Por ejemplo, cuando utilizamos energía eléctrica para poner en marcha el motor de una batidora, obtendremos el movimiento de las cuchillas y calor en el aparato.
Las manifestaciones de transformación o cambio de la energía normalmente las identificamos por un cambio de movimiento, por el calor que desprende un cuerpo o por ondas magnéticas o perturbaciones en forma de ondas eléctricas.