El Cinquecento continuó desarrollando el arte iniciado en el Quattrocento. En él, los artistas destacaron por el perfeccionismo técnico y formal. El centro de la producción se localizará en Roma, como ya hemos comentado, y también en Venecia.
No obstante, el Cinquecento no durará todo el siglo XVI, sino que en la segunda mitad se desarrollará un nuevo estilo llamado el Manierismo, que enlazará con el estilo de la siguiente centuria, el Barroco.