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Sostenibilidad: el gran reto

Una economía circular

En los últimos tiempos un nuevo modelo económico va poco a poco abriéndose camino en la actividad humana: la economía circular. El concepto de economía circular se basa en tres acciones: reducir, rehusar y reciclar. Estas acciones se contraponen con aquellas con aquellas que forman parte de lo que se conoce como una economía lineal: producir, usar y tirar. La paulatina implantación de la economía circular tiene mucho que ver con la sostenibilidad, que no debe ser incompatible con el crecimiento económico, la mejora de las condiciones de vida de los habitantes del planeta y el cuidado y protección del medio ambiente. El paso de una economía lineal a una circular tiene una serie de razones evidentes: por un lado, el agotamiento de los recursos naturales que precisa la actividad humana, y especialmente la industria y las fuentes de energía; y, por otro lado, el impacto medioambiental de dicho modelo.

Economía lineal contra economía circular
Wikimedia Commons/ Catherin Weetman. Economía lineal contra economía circular (CC BY-SA)

¿Sobre qué ámbitos debe actuar el concepto de economía circular? ¿Qué acciones se deben emprender para cambiar definitivamente de un modelo lineal a otro circular? Estas cuestiones son las que están encima de la mesa actualmente de mandatarios, gobiernos, empresas, organizaciones no gubernamentales y de lo que se conoce como sociedad civil. 

Ahorrar

El comienzo del siglo XXI y especialmente la década de los 20 nos han demostrado la enorme dependencia energética que el conjunto de sociedades y, especialmente las más avanzadas, tienen. Se precisa de energía en flujo constante y barata. La manera en la que se produce la electricidad que, luego, es utilizada, en última instancia, por hogares e industrias de todo el mundo es clave para seguir disfrutando de comodidades pero también de servicios básicos como la calefacción o la refrigeración, sin olvidar que el coste de la energía influye directamente en otras variables económicas, como los costes de producción de bienes y servicios y, por tanto, en su precio.

Torre de electricidad en mantenimiento
Wikimedia Commons/ Gaius Cornelius. Torre de electricidad en mantenimiento (CC BY-SA)

A esto hay que sumar el hecho de que las necesidades energéticas deben ser satisfechas de forma respetuosa con el medio ambiente; de ahí el papel que juegan las energías renovables, las cuales deben adquirir cada vez un mayor protagonismo, hasta que sean las dominantes en el suministro energético. Descarbonizar la energía, es decir, dejar atrás definitivamente las fuentes de energía de origen fósil, como el petróleo, el carbón y el gas, es el gran reto del siglo XXI. 

Paneles solares en Cariñena
Wikimedia Commons/ Diego Delso. Paneles solares en Cariñena (CC BY-SA)

El denominado "mix energético", es decir, el conjunto de formas de obtención de energía, en el que se incluyen la energía nuclear e hidroeléctrica, junto con las anteriormente citadas, debe transformarse en una única fuente de energía: limpia, accesible y viable económicamente. Y aquí, nuevamente, las diferencias entre áreas y países de todo el planeta son enormes.

Pero a la vez que se buscan soluciones relacionadas con la generación de energía, no hay que olvidar la otra variable: el ahorro. Reducir el consumo, eliminar -o, al menos, minimizar- el despilfarro y ahorrar energía son acciones necesarias para asegurarse la disponibilidad de energía, uno de los grandes retos de este siglo XXI.

Reutilizar

Desde hace unos años, se han hecho muy conocidas plataformas en internet y apps cuyo planteamiento es el de reutilizar y, en concreto, el de darle una nueva vida a productos que el usuario o usuaria ya no utiliza para que otras personas puedan hacerlo a un precio menor de lo que costaría si fuera nuevo. Esta filosofía es uno de los ejes vertebradores de la economía circular. Se trata de reutilizar productos reacondicionados, los cuales siguen teniendo una vigencia que les permite ser atractivos en el mercado y, por otro lado, de evitar, así, el consumo de materias primas, fuentes de energía y, por tanto, reducir emisiones de CO2, con su fabricación. En definitiva, se busca pasar del consumo masivo a la reutilización responsable.

Además, la reutilización busca acabar con uno de los comportamientos más extendidos, especialmente por los consumidores del primer mundo, que consiste en "usar y tirar", en lugar de "usar y reparar", cuando nuestro aparato electrodoméstico o dispositivo se avería. En este punto no podemos olvidar la denominada "obsolescencia programada", por la cual la vida útil de un producto está de antemano establecida. La posibilidad de seguir produciendo pensando en materias primas y fuentes de energía ilimitadas e inagotables no es viable. Es necesario que la reutilización vaya coexistiendo con la producción, y aquí tanto consumidores como sectores económicos van unidos de la mano.

Reciclar

El reciclaje es una acción que forma parte de la actividad diaria de la mayor parte de la población a la hora de deshacerse de su basura. Es, sin duda, el mejor ejemplo de "toma de conciencia" y "acción responsable" y, en concreto, un gesto individual que con poco esfuerzo y voluntad puede llevarse a cabo. Desde los años 90, la ciudadanía ha ido acostumbrándose a separar residuos en función de su naturaleza, para que, posteriormente, procesos industriales permitan la elaboración de todo tipo de productos a partir de los anteriores. A ello, hay que añadir el desarrollo tecnológico, que ha permitido una mejora en las técnicas de reciclaje, así como una mayor diversidad de productos reciclados y un menor consumo de energía en esa nueva producción.

Beach trash
Wikimedia Commons/ Justin Dolske. Beach tras (CC BY-SA)

Sin embargo, queda mucho camino por recorrer. La generación de residuos va mucho más deprisa que la capacidad actual en su reciclaje. El mejor ejemplo lo encontramos con el plástico. Miles de toneladas de plástico, en sus diferentes formatos, acaban flotando en nuestro mares y océanos. Su impacto medioambiental sobre flora y fauna es demoledor. A lo que hay que añadir su presencia durante cientos y miles de años, debido a que puede tardar entre 100 y 1000 años en degradarse. También hay que mencionar vertederos incontrolados cerca de áreas urbanas, y residuos químicos y orgánicos, que no han sido tratados en un proceso de descontaminacióny que acaban en ríos y mares. Sin duda, se ha avanzado en el reciclaje, pero todavía no es suficiente.

Un problema oceánico

com/watch?v=hoD3ghHhqq8

Ayúdanos a reciclar

Duración:
60
Agrupamiento:
Pequeño grupo
Contenedores de residuos en Buenos Aires
Wikimedia Commons/ Gelpgim22. Contenedores de residuos en Buenos Aires (CC BY)

El reto que se propone a continuación es el de echar una mano a vuestro ayuntamiento en una tarea que sigue siendo imprescindible: aumentar el porcentaje de reciclado en vuestra localidad. Para ello, se os ha pedido diseñar un tríptico en el cual se den pautas de reciclaje, consejos y, sobre todo, ayuda para que todos los vecinos puedan saber cómo reciclar, aprovechando los recursos que el ayuntamiento pone a su disposición.

El tríptico puede tener formato digital (se recomienda el uso de herramientas web que ayuden a crear una infografía, como Canva, Genially o Power Point) y se recomienda que aparezca la información correspondiente con imágenes, pequeñas indicaciones y distribución por colores.

Una vez elaborada la infografía, se expondrá en el aula para comparar y mejorar los productos elaborados.

La infografía debe responder a las siguientes preguntas:

  • ¿Por qué reciclar?
  • ¿Qué reciclar?
  • ¿Cómo?

Debéis añadir medidas que se os ocurran para motivar al reciclaje (como, por ejemplo, premios a las comunidades de vecinos que más reciclan) y también decisiones en política ambiental que el ayuntamiento debe tomar para favorecer el reciclado.