También en este caso podemos atender a la etimología para acercarnos a la definición de crónica, pues su origen está en la palabra griega cronos, que significa tiempo. Una crónica es la explicación minuciosa de los hechos que transcurren en un periodo determinado de la historia. Algunas de sus características esenciales son las siguientes:
- Quien cuenta la historia es un testigo más o menos directo de los hechos, aunque muchas veces hay un distanciamiento que hace los hechos más creíbles.
- La historia se puede contar en primera o tercera persona.
- Los acontecimientos se ordenan cronológicamente.
- El lenguaje que se usa es sencillo.
- Se narran hechos reales.
- Predominan las referencias y descripciones del espacio y del tiempo.
Un poco de historia
Crónica histórica
Por el tema que tratan y la relación de los hechos con la realidad, en ocasiones se considera la crónica dentro de la historiografía; es lo que denominamos crónica histórica. Sin embargo, aunque quien narra puede ser testimonio de los hechos, estas crónicas no acaban de ser del todo fiables; lo vemos en crónicas como las de Alfonso X el Sabio.
Aunque ya existían crónicas escritas en latín, las primeras crónicas en lengua romance fueron creadas durante el reinado de Alfonso X el Sabio y a petición suya. La General estoria tenía como objetivo explicar la historia universal; la Estoria de España o Primera crónica general aspiraba a contar la historia de España desde sus orígenes. Lo curioso es que ambas tomaron como fuentes, no solamente otras crónicas, sino también obras no históricas como la Biblia, versiones novelescas de la guerra de Troya e incluso cantares juglarescos.
Este es un ejemplo de la Primera crónica general:
“Espanna es abondada de mieses, deleytosa de fructas, viciosa de pescados, sabrosa de leche et de todas las cosas que se della fazen; lena de uenados et de caça, cubierta de ganados, lozana de cauallos, prouechosa de mulos, segura et bastida de castiellos, alegre por buenos uinos, ffolgada de abondamiento de pan; rica de metales, de plomo, de estanno, de argent uiuo, de fierro, de arambre, de plata, de oro, de piedras preciosas […]
Espanna sobre todas es engennosa, atreuuda et mucho esforçada en lid, ligera en afann, leal al sennor, affincada en estudio, palaciana en palabra, complida de todo bien […] ¡Ay Espanna! non a lengua nin engenno que pueda contar tu bien”.
Alfonso X el Sabio. Primera crónica general. Proyecto aula.
Y no solamente eso, sino que además, aunque el lenguaje es sencillo y directo, encontramos recursos propios de la literatura, que pretenden embellecer el texto y llamar la atención del lector. Como en el anterior, hay pasajes en los que se quiere ensalzar la labor de los gobernantes, el sentimiento patriótico o las virtudes de un país, modificando o endulzando, para ello, la realidad. Así pues, además de un poco de historia, las crónicas también contienen un poco de literatura.
Un poco de literatura
Crónica literaria
Esa pizca de literatura de la que presumen las crónicas se hace en ocasiones muy evidente, dando lugar a las crónicas literarias. Aquí, el relato sigue partiendo de hechos y testimonios reales, solo que predomina la subjetividad más que los datos; las figuras literarias más que la precisión de lo contado. El autor, además, no necesariamente ha sido testigo de los hechos, ni siquiera tiene por qué ser contemporáneo a los mismos.
Es lo que sucede en obras como A sangre fría, obra en la que Truman Capote, que no fue testigo de los hechos, narra el asesinato de una familia de un pueblo estadounidense. Para esta obra el autor realizó un exhaustivo trabajo de investigación, y aún así su crónica es considerada por muchos una novela. Esta nota es del mismo autor y la encontramos como introducción a su obra:
“Todos los materiales de este libro que no proceden de mis propias observaciones se han tomado de archivos oficiales o son el resultado de entrevistas con las personas directamente implicadas en aquello que se cuenta; entrevistas que, las más de las veces, fueron prolongándose a lo largo de varios años [...]”.
Truman Capote. A sangre fría. Anagrama.
Sin embargo, se trata de una crónica llena de literatura, como se aprecia en estas descripciones:
“Una tarde del pasado mayo, mes en que los campos fulgen con el fuego verde dorado del trigo aún no crecido [...]”.
“El pequeño edificio llevaba construido más de un siglo, y los cambios de estación ponían al descubierto diversos síntomas de su ancianidad: el frío invierno empapaba la piedra y el hierro, y en verano, cuando las temperaturas superaron los 37 grados las viejas celdas eran calderas malolientes”.
“Junto a la estación de tren, una mujer enjuta con chaqueta de cuero crudo y vaqueros y botas de cowboy, dirige la destartalada oficina de correos. La estación misma, con su pintura amarilla desconchada, es igualmente melancólica”.
Truman Capote. A sangre fría. Anagrama.
Un poco de periodismo
Crónica periodística
Truman Capote, por cierto, no solo se dedicó a publicar libros, sino que además fue periodista. Y es precisamente el periodismo el que le da una vida más a la crónica. A continuación se muestra un ejemplo de crónica periodística, en el que se ve cómo se narran hechos reales, generalmente de actualidad, a los que, además, se les añade la opinión o valoración del periodista o la periodista, a través de la palabra oral o escrita, de la imagen, de la música o del sonido.