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Que al ser humano le gusta clasificar es un hecho: lo hacemos con la ropa, con los animales, hasta ponemos etiquetas a las personas según su género, su orientación sexual o su religión. Pero la tarea de clasificar no es sencilla y puede responder a diferentes criterios.
Eso es precisamente lo que sucede con la literatura; se clasifica en diferentes géneros (el lírico, el teatral y el narrativo), pero también encontramos la literatura oral y la escrita, la infantil y la juvenil. Lo mismo pasa con el género que nos ocupa: atendiendo a su forma, podemos clasificar la narración en verso y en prosa, tal y como vimos en los recursos anteriores. Sin embargo, en lo referente a su relación con la realidad, meteremos en la misma caja a aquellas narraciones que expongan hechos de no ficción, como hacen la biografía, la autobiografía y la crónica; pero tendremos otra caja para guardar las narraciones de ficción, ya sean de terror, de fantasía o de ciencia.
En los siguientes epígrafes abordaremos los textos narrativos biográficos: la biografía, la autobiografía y la crónica, tres subgéneros con muchos puntos de encuentro.