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La prosa en el siglo XIV. El conde Lucanor

La prosa castellana en el siglo XIV

El siglo XIV, cuando se produce el desarrollo de la burguesía, trae también cambios al mundo cultural y literario; por un lado, surge una literatura más realista y satírica que se enfoca hacia el papel del dinero, la astucia y las habilidades sociales, todo ello tratado muchas veces a través del humor y la ironía. Por otro, comienza la hermandad entre las armas y las letras, que continuará durante los siguientes siglos: el canciller de Ayala y don Juan Manuel son dos hombres con un papel importante en la vida política y militar del momento, y los dos escritores más sobresalientes de la prosa castellana de su siglo.

El canciller Pedro López de Ayala (1332-1407), cortesano y hombre de armas, fue también un apasionado de la cultura clásica, así como de los temas caballerescos. Además de su obra lírica Rimado de Palacio, escribió obras históricas, las crónicas de los cuatro reyes a los que sirvió. El canciller trata la historia viva, anima la narración y la salpica de observaciones morales, pues fue un hombre muy preocupado por la corrupción de costumbres de su tiempo. Es decir, le da a las crónicas altura literaria. La crónica de Don Pedro se considera la mejor de entre sus obras.

Posible retrato de don Juan Manuel
Wikimedia Commons / Desconocido. Posible retrato de don Juan Manuel (Dominio público)

Don Juan Manuel (1282-1349), sobrino de Alfonso X, desempeñó importantes cargos políticos y fue también poeta (aunque sus obras líricas se han perdido) y prosista en castellano. Es el primer escritor en lengua romance al que encontramos preocupado por la posteridad, por qué quedará de él y de sus libros, y trata en sus propias obras sobre cómo es su estilo y su prosa. Se ocupó de dejar copias de sus escritos en un monasterio para su conservación, pero, paradójicamente, todo ello fue destruido por un incendio. 

Es un escritor que cuida mucho su estilo y, al igual que su tío, se preocupa por elegir las palabras más propias del castellano, evitando los latinismos. El lenguaje es sencillo y claro, pero no deja de tener altura literaria. Dado que sus obras tratan múltiples asuntos, incluye un vocabulario muy variado y rico. En cuanto a la intención, la literatura de don Juan Manuel es didáctico-doctrinal; esto es, trata de educar en las buenas costumbres y en los conceptos tradicionales cristianos a través de sus libros. En sus relatos se observa tanto la influencia árabe y oriental como la de las fuentes latino-cristianas. 

Escribió obras como El libro del caballero et del escudero, que trata de los consejos que un caballero anciano le da a un escudero joven, El libro de los estados, que viene a ser una versión cristiana de la leyenda de Buda, y El conde Lucanor Libro de los enxiemplos del Conde Lucanor e de Patronio, su obra más relevante, sobre la que trataremos en el siguiente apartado.

El conde Lucanor o Libro de Patronio

El conde LucanorLibro de los enxiemplos del conde Lucanor e de Patronio (1335) es la obra cumbre de don Juan Manuel y por la que es reconocido como el mejor prosista en castellano de su siglo. El libro está compuesto por dos prólogos y cinco partes: la primera contiene cincuenta y un ejemplos o relatos, que son por los que se conoce la obra; las tres siguientes partes están compuestas por proverbios; la última presenta las preocupaciones del autor por la salvación del alma. Nos centraremos aquí en la primera parte, formada por esos amenos relatos a modo de «ejemplos», llamados también «apólogos», pues son narraciones cortas que presentan una enseñanza moral o moraleja.

Los cuentos son muy variados: fábulas, relatos orientales, alegorías, narraciones heroicas o fantásticas... y provienen de distintas fuentes, pero todos ellos mantienen la misma estructura. El conde presenta un problema a su consejero, Patronio, y le pide que le ayude a dilucidar la solución. Entonces Patronio le cuenta un relato del que se puede extraer una enseñanza moral y el propio consejo y, por último, aparece el propio autor, don Juan Manuel, en tercera persona, y añade una moraleja final en un díptico o pareado (dos versos que riman entre sí). Esta estructura donde unos niveles de narración están dentro de otros se denomina de «relato enmarcado». Se ve más claro en la siguiente imagen, de la que se aporta transcripción más adelante:

Estructura de El conde Lucanor - infografía

Aunque los cuentos no son originales, pues se han rastreado en diferentes recopilaciones de relatos anteriores, el autor los hace suyos gracias al estilo, claro y levemente irónico, y a los aspectos de la vida diaria que va introduciendo. Así, los apólogos pasan de ser una pura fábula moral a convertirse en un cuadro vivo, con el enganche de la peripecia individual y los personajes del conde y Patronio. A su vez, muchos de los cuentos recogidos en el libro han inspirado posteriormente a otros autores que los han versionado, como Calderón, Cervantes o Shakespeare.

Preocupado por la moralidad y la ética de su clase, don Juan Manuel es el representante de un mundo, el de la nobleza medieval, que va desapareciendo poco a poco, pues la aristocracia pierde progresivamente sus privilegios y poder político frente a una burguesía cada vez más presente y poderosa. Estos cambios derivarán en la transformación social y cultural que dará paso al Renacimiento en los siguientes siglos.

Los cuentos de Patronio. ¡A escena!

En la Biblioteca virtual Miguel de Cervantes podéis leer El conde Lucanor completo en una versión en castellano actual, aquí.

Vamos a contárnoslo unos a otros. Se trata de que cada grupo elija un cuento para contarlo de forma oral o dramatizarlo ante la clase. Podéis elegir el que queráis, con ayuda de vuestro/a docente. Pero si preferís partir de una selección, os recomendamos los siguientes cuentos:

Podéis, simplemente, leer el cuento atentamente en el grupo, comprenderlo y memorizar el argumento (no cada palabra) para contarlo a la clase. Si queréis darle un poco más de vida, dadle paso a vuestra imaginación para que cada persona elija uno o varios personajes y buscad vestuario, atrezzo, caracterización, etc. 

También podéis hacer esta tarea de forma individual o por parejas. Después de que cada persona o grupo presente su cuento, es conveniente que comprobéis si se ha comprendido, si los oyentes (el resto de la clase) sabrían resumirlo o contarlo a su vez, o si tienen alguna duda u observación acerca de algo que les haya llamado especialmente la atención.

Una vez que hayáis leído o escuchado en clase los cuentos de Patronio, reflexionad sobre las siguientes cuestiones:

  • ¿Creéis que las enseñanzas de don Juan Manuel son aplicables hoy en día? ¿A qué situación podríais trasladar alguna de ellas?
  • Si hoy viviera don Juan Manuel, ¿qué aspectos de la sociedad actual creéis que le preocuparían más?
  • ¿Por qué diríais que algunas de las historias de Patronio han sobrevivido hasta nuestros días?