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La narrativa

Como hemos estudiado en anteriores recursos, el Desastre del 98 provoca una serie de acontecimientos en cadena que conducen a España a un periodo de crisis y pesimismo ante la situación vivida. En el ámbito narrativo también se observan claramente estas consecuencias. En parte a causa de lo anterior, las novelas de estos autores de fin de siglo plantean en su producción literaria dos grandes bloques temáticos:

  1. La preocupación por España: especial relieve cobra en este tema la presencia del paisaje, que representa el estado de ánimo de los autores. Recrean una mirada crítica al fijarse en sus tierras, especialmente de Castilla, tomada como modelo por los escritores. Se centran en su historia, la "intrahistoria" de Unamuno, o sea, la vida diaria de la gente corriente, que con su labor saca el país adelante. Esta preocupación por su país se combina con anhelos de europeización. 
  2. Los problemas existenciales: los escritores plantean interrogantes sobre la vida y la muerte o sobre el sentido de la existencia. Además, aparecen de forma recurrente temas como la soledad, la angustia, la nostalgia, la religión... En esta línea encontraremos divagaciones filosóficas, con referencias a pensadores europeos: Schopenhauer, Nietzsche o Kierkegaard, entre otros.
Hombre cruzando puente perseguido por interrogacines
mohamed_hassan. Questions (Pixabay License)

Si bien el número de novelas significativas es amplio, debemos reseñar algunas como: La voluntad (Azorín), Amor y pedagogía (Unamuno), Camino de perfección (Baroja) o la Sonata de otoño (Valle-Inclán), en cuanto a lo que representan por la novedad en su estilo, en clara contraposición con el Realismo anterior, como se puede observar en la tendencia al subjetivismo frente a la plasmación de la realidad propia del movimiento que precede a la Generación, así como el deseo de plantear el relato como arte. Además, todas aparecen en el mismo año, 1902, lo cual concede más fuerza a estos aires nuevos.

En este punto, es importante tener en cuenta que los escritores de la Generación del 98 contribuyen a la renovación, aun presentando admiración por autores anteriores: Quevedo, Fray Luis, Berceo, Manrique y Cervantes, como observaremos en siguientes apartados.

El estilo característico de estos escritores es un estilo cuidado, que rechaza la retórica de antaño, en el que las descripciones se plantean de forma breve y clara, con párrafos cortos generalmente, recuperando palabras olvidadas, contribuyendo a la riqueza del vocabulario, cuya recuperación pretende también recordar nuestras tradiciones y costumbres, en un ánimo de levantar las conciencias, tan sumergidas en la crisis reinante.

Destacable es también el subjetivismo, plasmado normalmente en los paisajes, generalmente castellanos, que anima a los autores a dejarse reflejar en ellos, dejando ver la melancolía y la angustia vital de los mismos.

Como novedad se produce también una renovación del ensayo, que recoge los pensamientos, el paisaje, inquietudes culturales..., como veremos especialmente en Unamuno o Azorín.

En los siguientes apartados estudiaremos con mayor profundidad a algunos de los escritores más representativos en el ámbito narrativo de la Generación del 98: Miguel de Unamuno, Pío Baroja y Azorín.

Aquí puedes ver un pequeño juego de magia relacionado con lo comentado anteriormente.

                                                                                                                             

Javier Gómez. Magia Generación 98 (CC BY-SA)

 

¿Será verdad?

Pregunta 1

Los problemas existenciales son uno de los temas principales que tratan los escritores de la Generación del 98.

Pregunta 2

Muchos autores en sus novelas se centran en personajes de la alta sociedad.

Pregunta 3

Al presentar rasgos de renovación rechazan escritores más antiguos como Quevedo o Cervantes.

Pregunta 4

Los novelistas de la Generación del 98 dan un nuevo giro al ensayo.