Cuando leemos un texto, debemos distinguir aquello que es más importante de lo que es accesorio. Para ello, debemos aprender a formular bien cuál es la idea principal y cuáles son las secundarias:

Idea principal

Es el tema de la lectura, aquella expresión que sintetiza todo el contenido del texto, la información global. Si el texto fuera muy largo, podría tener varias ideas principales.

Ideas secundarias

Son todas aquellas informaciones relevantes que completan a la idea principal, la aclaran o ejemplifican, ampliando y desarrollando el conocimiento sobre el tema tratado.

Para entender bien el texto de lectura debemos seguir varios pasos:

1. En un primer momento, se echa un vistazo general al texto, sin apenas leerlo, tan solo el título y poco más. En este primer contacto con el texto debemos fijarnos bien en el aspecto externo del texto, si tiene fotografías o ilustraciones, qué nos sugiere el título, la distribución en párrafos del texto, cuántos son, etc. 
2. Entonces, se intentará deducir el tipo de texto que es: narrativo, expositivo, instructivo, etc., y cuál será el tema sobre el que trata.
3. Una vez tenemos una idea general del texto, se lee atentamente y seguido, sin detenernos en las palabras que no conocemos; intentaremos inferir su significado por el contexto. De este modo, podremos averiguar de qué trata el texto, es decir, el tema o idea principal.
4. Este es el momento de buscar las palabras desconocidas en un diccionario y contrastar su significado real con aquel que habíamos inferido.
5. A continuación, volvemos a leer detenidamente el texto. En esta ocasión, podemos subrayar las ideas principales de cada párrafo, ponerles un título o escribir al lado de cada uno un breve comentario de su contenido. De esta forma, estaremos extrayendo las ideas secundarias que amplían la información de la idea principal.