Teatro: Las aceitunas
Lee con atención el siguiente fragmento:
(Al abrirse el telón se muestra la fachada de una casa castellana ante cuya puerta llega, arreciado de frío y de humedad, Toribio, llevando una carga de leña que deposita con prontitud en el suelo para poder llamar en ella con todas sus fuerzas.)
TORIBIO: ¡Válgame Dios! ¡Qué tempestad ha caído sobre mí desde el monte hasta acá, que parecía que el cielo se quería hundir y las nubes venirse abajo! Menos mal que ya estoy en casa. Veamos ahora qué ha preparado de comer mi buena señora, ¡mala rabia la mate! ¡Mencigüela! ¡Muchacha! ¡A ver si es que todos duermen en Zamora! ¡ÁGUEDA!
MENCIGÜELA: (Abriendo la puerta) ¡Jesús, padre! ¿Es que tiene usted que romper las puertas?
TORIBIO: (Sin entrar a la casa) ¡No me grites, deslenguada; mira que muerdo! ¿Y dónde está vuestra madre?
MENCIGÜELA: Está en casa de la vecina. Ha ido a ayudarle a coser unas madejillas de hilo.
TORIBIO: ¡Malas madejillas vengan por ella y por vos! Anda y llámala.
ÁGUEDA: (Que aparece en escena por la derecha del espectador) Va, va. Ya estoy aquí. ¡Vaya voces y vaya un misterio! Total, para una negra carguilla de leña...
TORIBIO: ¿Carguilla de leña le parece a la señora? Juro por el cielo que entre vuestro ahijado y yo no podíamos con ella. ÁGUEDA: Ya, ya... Pues, en hora mala sea. ¡Y qué mojado venís!
TORIBIO: Vengo hecho una sopa. Mujer, por vida vuestra, dame algo de cenar.
Lope de Rueda (adaptación de Cañas Torregrosa, J., 1999). De pasos y entremeses. "Las aceitunas". León: Editorial Everest.