A partir del siglo X se experimentaron diversas innovaciones en las técnicas agrarias.
- El arado a ruedas y la herradura, combinadas con elementos como la collera, hicieron que se usara tanto el buey como el caballo para tirar de una carga. Con el nuevo arado se facilitó el trabajo de la tierra, puesto que ya no era necesario que el campesino completara lo con la azada como en el arado romano. Además el uso de más animales hizo que transporte también se viera beneficiado.
- Los molinos de agua y de viento facilitaron la actividad agrícola así como la artesana (molinos para curtir). Aunque no eran una novedad medieval, su multiplicación se justificaba porque eran propiedad del señor y los habitantes del feudo debían pagarle por su uso.
- Se introdujo la rotación trienal que alternaban cultivos de invierno, primavera y barbecho y que permitieron diversificar la producción.
- La tala de bosques para roturar más tierras hizo aumentar la superficie cultivada y con ello también sus cosechas.
Estas mejoras comportaron un aumento de la producción y, por tanto, una mejor alimentación de la sociedad durante la centuria que supuso un aumento demográfico.