Habíamos partido de una necesidad social: crear espacios lúdicos comunitarios en torno a la cooperación. Ahora estamos en disposición de prestar el servicio social que le dé respuesta. El alumnado invita a sus familias al colegio o al parque para presentar juegos cooperativos y jugarlos. También pide la ayuda de asociaciones o de instituciones locales que pueden contribuir a generar y ampliar los escenarios lúdicos.

Se habilitan espacios de juego y, un viernes de cada mes, en el patio del colegio o en el parque más próximo, el alumnado presenta cuatro juegos (en otras tantas zonas) y los practica junto a sus familias. Tras las primeras sesiones, se puede invitar a jugar a otras personas y colectivos, creando un espacio para las prácticas lúdicas cooperativas como lugar de encuentro, disfrute lúdico y convivencia. Finalmente, evaluamos la experiencia y proponemos sugerencias de mejora.