Historia del Antiguo Egipto
La situación geográfica de Egipto explica el desarrollo histórico de la zona. Es un amplio desierto atravesado por el río Nilo, que permite la vida en sus orillas. Se puede distinguir entre la región del delta, denominado Bajo Egipto, y la zona del Alto Egipto, mucho más al sur.
Durante varios milenios, las tribus de Egipto vivían cerca del Nilo y con formas de vida más cercanas al Neolítico. El gran desarrollo de la agricultura a orillas del río y la invención de la escritura fueron las notas más destacadas de este período, conocido como Predinástico (5.300 a. C.- 3.100 a. C.).
Se establece la fecha de 3.100 a. C. como el momento en que el faraón Narmer o Menes unificó ambas zonas de Egipto en su persona, comenzando la gran historia del Antiguo Egipto, donde se intercalaron grandes períodos con otros intermedios, de crisis y debilidad del poder faraónico:
Época tinita o período arcaico (3.100 a. C.-2.600 a. C.)
La capital estaba en Tinis, ciudad de la que actualmente no se conoce con certeza su localización, pero desde ella los faraones de la dos primeras dinastías gobernaron el Antiguo Egipto.
Imperio Antiguo (2.600 a. C.-2.300 a. C.)
En este momento se organizó todo el estado bajo la autoridad del faraón, creando la burocracia necesaria y estableciendo la capital en Menfis. Gobernó desde el Mediterráneo hasta la altura de la primera catarata, cerca de Asuán.
Durante este período destacaron las pirámides de Guiza, construcciones que contenían las tumbas de faraones del período. Las más famosas fueron las de Keops, Kefrén y Micerinos, construidas alrededor del 2.500 a. C.
Imperio Medio (2.000 a. C.-1.800 a. C.)
Volvió a haber un cambio de capital, en esta ocasión a Tebas. Fue un período de esplendor de la escritura egipcia y se dio más importancia al dios Amón, dios de la creación. Este período terminó con el control de la zona por parte de los hicsos, procedentes de la zona de Siria y Palestina.
Imperio Nuevo (1.600 a. C.-1.100 a. C.)
Sin duda, este fue el período de mayor éxito del Antiguo Egipto. A pesar de enfrentarse a los pueblos del mar, a quienes se culpaba de la desaparición de la civilización micénica, los faraones realizaron grandes reformas y conquistas.
Destacó Amenhotep IV (Akenatón), que intentó cambiar la religión politeísta egipcia hacia el monoteísmo con el dios Atón. Su esposa fue Nefertiti, una de las primeras mujeres de la historia que gobernó al lado de su marido, actuando de corregente. Otro faraón destacable fue Ramses II, que realizó expediciones hacia Asia, reformó el ejército y mandó hacer muchas construcciones.
Época Tardía (650 a. C.-31 a. C.)
En estos siglos, Egipto se convirtió en una provincia o satrapía del Imperio Persa o reino helenístico tras la muerte de Alejandro Magno.
Tolomeo se convirtió en gobernador de Egipto, creando una dinastía desde el 323 a. C. hasta el 30 a. C., siendo Cleopatra VII la última reina. Perdió la batalla de Accio contra Octavio Augusto (futuro primer emperador de Roma) y se suicidó, dejándose morder por un áspid.