Los jeroglíficos
La escritura jeroglífica está basada en dibujos o pictogramas que representan sonidos, palabras o ideas. Los primeros signos surgieron sobre el 3.300 a. C. en las pirámides o enterramientos de faraones.
La escritura egipcia la podemos dividir en tres tipos:
- Jeroglífica: estos pictogramas se grababan en tablillas o paredes de monumentos con sentido religioso desde el 3.300 a. C.
- Hierática: es una evolución de la anterior, buscando el uso de grafías más sencillas que permitieran a los escribas anotar sobre papiro y de forma más veloz. Empezó a utilizarse a partir del 2.500 a. C. para textos administrativos y religiosos.
- Demótica: todavía más abreviada que la anterior, se utilizó a partir del 600 a. C. para textos literarios o económicos. No sólo sobre papiro, sino que también se utilizaba en piedras o maderas.
Los escribas eran los encargados de anotar sobre el papiro (soporte sobre el que se escribía, que se conseguía a través de unas plantas que crecían a orillas del Nilo), usando el cálamo (caña o pluma de ave con un corte oblicuo que se usaba a modo de pincel).
¿Cómo descifraron los jeroglíficos?
Jean-François Champollion (1790-1832) fue el historiador y lingüista que consiguió descifrar el enigma de los jeroglíficos. Antes se habían intentado traducir, con aproximaciones muy certeras, pero cometían el error de pensar que tenían valor simbólico.
La piedra de Rosetta fue el fragmento de estela egipcia que abrió el camino a la comprensión de los jeroglíficos. Durante las campañas dirigidas por Napoleón en Egipto para debilitar a Gran Bretaña, se descubrieron muchos restos del Antiguo Egipto. Uno de ellos fue este pedazo de monumento que tenía el mismo texto escrito con jeroglíficos, escritura demótica (forma abreviada y más simple de escritura que la anterior) y en griego antiguo. El texto era un decreto dictado por el faraón Ptolomeo V en 196 a. C. desde Menfis, que Champollion estudió hasta traducir.
Este historiador descubrió que los jeroglíficos tenían valor fonético (letras y consonantes), ideográfico (símbolos para indicar sol, casa, etc.) y determinativos (ayudan a aclarar los significados o posibles confusiones con otros símbolos).
Gracias a los trabajos de Champollion, y su difusión a partir de 1822, se abrió un nuevo horizonte para los estudios sobre el Antiguo Egipto, completado un siglo después con el descubrimiento de Howard Carter de la tumba de Tutankamón para entender a esta civilización.