El poder en Egipto
La organización política
En el Antiguo Egipto todo el poder residía en la figura del faraón. Se le identificaba como la encarnación terrestre de Horus (dios del cielo e iniciador de la civilización egipcia). Por ello, eran casi divinizados, aunque fuera a su muerte cuando alcanzaban la categoría divina y la inmortalidad.
El control sobre las inundaciones del río Nilo, tan importante para la agricultura, era la gran misión del faraón. Sin embargo, también ejercía otras funciones como:
- Políticas: gobernaba y administraba justicia según sus leyes. Además, era el propietario de todas las tierras de Egipto y controlaba el comercio exterior de su reino.
- Militares: actuaba como general de los ejércitos egipcios.
- Religioso: se encargaba de mandar construir los templos.
El faraón se apoyaba en sacerdotes, generales y nobles con altos cargos (como gobernadores de provincias) para gobernar su reino.
Los símbolos de poder
El faraón Narmer fue el que unificó Egipto sobre el 3.100 a. C., adoptando las coronas del Alto Egipto (blanca) y el Bajo Egipto (roja). Sin embargo, es más famoso el nemes o tocado con el que se representa a los faraones difuntos en sus sarcófagos.
Otros símbolos de poder son:
- La barba postiza que recuerda la fuerza y poder de los faraones.
- La cobra que simboliza el poder de la máxima autoridad para destruir a sus enemigos.
- El cayado o cetro que representa la capacidad del faraón para conducir y guiar a su pueblo.
- El látigo o flagelo que indica la potestad del faraón para castigar en caso necesario.