Como todo hecho histórico, podemos encontrar los primeros pasos del movimiento obrero antes del nacimiento de las grandes ideologías socialista y anarquista. Citamos aquí los siguientes hechos:

• El ludismo fue un movimiento que veía en la mecanización del trabajo una amenaza para los empleos. A principios del siglo XIX se dieron episodios de destrucción de máquinas en telares británicos. En España también tuvieron lugar ataques de este tipo, como en la fábrica textil Bonaplata de Barcelona (1835). La teoría más aceptada sobre la etimología del término es que proviene del apellido de Ned Ludd, un obrero inglés del siglo XVIII.
• El cartismo consistió en la presentación de quejas formales de los obreros británicos ante sus representantes políticos del Parlamento. Debe su nombre a la Carta del Pueblo entregada en 1838, que contenía varias reivindicaciones, provocadas por los cambios derivados de la industrialización. De entre ellas, destacan las siguientes:
  • Sufragio universal masculino.
  • Voto secreto.
  • Remuneración para los representantes políticos (así un obrero podía dedicarse a la política sin tener que obtener recursos para subsistir de otro sitio).
  • Elecciones anuales.
  • Abolición del requisito de propiedad para poder presentarse al Parlamento.
  • Establecer circunscripciones ajustadas a la población, para homogeneizar la representación política.

• El nacimiento de los trade unions (palabra inglesa para "sindicatos") en Gran Bretaña, como organismos de representación de los derechos de los trabajadores. Una de sus herramientas más efectivas era el recurso a la huelga, razón por la cual estas acciones estuvieron prohibidas en la mayoría de países europeos alrededor de tres décadas.