Las adaptaciones de las plantas
Durante la evolución, las plantas han sido capaces de adaptarse a los ambientes terrestres desarrollando una serie de estrategias. Por ejemplo, la presencia de haces vasculares permite transportar agua y nutrientes a lugares alejados en la planta, lo que permite que estos organismos alcancen mayores dimensiones. La resistencia de las semillas y sus distintas formas de dispersión permiten el desarrollo de una nueva planta en lugares alejados de la planta madre y, además, en momentos que pueden estar muy distantes al de su formación. Todos estos ejemplos pueden considerarse adaptaciones al medio terrestre.
Las variaciones locales determinan unas condiciones climáticas, edafológicas y meteorológicas que favorecen adaptaciones específicas en los seres vivos. Es decir, modificaciones en su anatomía y fisiología que les permiten crecer y reproducirse mejor en esos ambientes. Esto determina una gran variedad de estrategias adaptativas. De esta forma, las plantas adaptadas a un ambiente con escasez de agua serán sensiblemente diferentes a otras que viven en ambientes donde el agua está siempre presente. Cambios en el tamaño y forma de las hojas, cambios en el porte de la planta o el recubrimiento de las hojas son solo algunas de ellas.
En la siguiente imagen interactiva se muestran algunas de estas adaptaciones. Navega por los botones interactivos para descubrirlas.