Cuando nos referimos a “reinos de la naturaleza” podemos definirlos basándonos en la Real Academia de la Lengua Española (RAE) como “cada una de las grandes subdivisiones en que se consideran distribuidos los seres naturales”. Si realizamos una definición más cercana a la biología la RAE nos habla de “categoría taxonómica que agrupa filos de organismos que comparten rasgos vitales básicos como moneras, protistas, hongos, plantas y animales”.

Para definirlo de una forma más sencilla diremos que los seres vivos pueden dividirse en cinco grandes reinos, nosotros vamos a referirnos al reino animal, vegetal, de las algas, de los hongos y de las bacterias, que coinciden en unas características comunes propias de ese reino (su composición celular, características morfológicas, el hábitat en el que viven, su nutrición, etc.).

El reino de las algas en el que nos vamos a adentrar en profundidad a lo largo de este recurso también puede denominarse “reino protista” y cumple una función muy importante para el planeta, que es su aporte de oxígeno en el ciclo global del carbono y alimento sin el cual la vida de los animales acuáticos no sería posible. Además, muchas algas forman parte de la nutrición del ser humano por su gran aporte de vitaminas, hierro, calcio y potasio y en ocasiones son beneficiosas gracias a su uso medicinal. En el planeta existe una enorme biodiversidad y unas 70.000 especies de algas han sido estudiadas y clasificadas y se tiene constancia de que existen muchas más aún por documentar.

En la zona que recibe luz en el fondo del mar, denominada "zona fótica" es donde viven las algas. Entre ellas encontramos un conjunto heterogéneo de organismos unicelulares y multicelulares que se incluyen en el reino de los protistas. En realidad, las algas son organismos formados por agrupaciones de células que forman colonias, filamentos o láminas. Gracias a sus pigmentos sensibles a la luz son capaces de realizar la fotosíntesis por lo que son seres autótrofos capaces de alimentarse por sí mismos.

Las dimensiones de las algas pueden variar desde algas microscópicas que generalmente son las algas unicelulares que forman el fitoplanctón aunque encontramos algunas especies como la "acetabularia", organismo unicelular pero que llega a alcanzar ocho centímetros y que forma parte de las especies autóctonas del Mediterráneo. Las algas multicelulares pueden alcanzar un mayor tamaño como las algas que "macrocystis" típica de las aguas frías del océano Pacífico con un talo de más de 30 metros, pero, aunque tengan un gran tamaño obtienen las sustancias del medio acuoso que la rodea ya que no tienen verdaderos tejidos ni estructuras vasculares que lleven los nutrientes a todas las partes del organismo. Las algas cuyas dimensiones permiten que sean visibles sin la ayuda de un microscopio se denominan macroscópicas.

La estructura de las algas puede formarse por rizoides que permiten anclarse en el fondo, cauloides que actúan como ejes centrales similares a los tallos y unas estructuras similares a las hojas que se denominan filoides.

En un intento sencillo por realizar la clasificación de un grupo tan amplio y extenso como el de las algas vamos a centrarnos en su composición celular distinguiendo entre algas unicelulares y algas multicelulares.

Las algas unicelulares son las que están compuestas por una única célula y generalmente son microscópicas. Su hábitat puede abarcar desde ecosistemas de agua dulce hasta ecosistemas de agua salada, desde ríos a arroyos que cuentan con corrientes en sus aguas, hasta aquellos medios acuáticos que permanecen estancados como zonas pantanosas o humedales. Son seres autótrofos que realizan la fotosíntesis, son grandes productores de oxígeno y además sirven de alimento en la cadena trófica a otros seres vivos. Existe algún caso excepcional de algas heterótrofas en el que se alimentan también de crustáceos y algas microscópicas como los dinoflagelados.

Dentro de las algas unicelulares podemos distinguir entre:

- Dinophyceae: abarca alrededor de cuatro mil especies diferentes de algas generalmente marinas que componen el fitoplancton y contribuyen a la producción de oxígeno y fijación del dióxido de carbono siendo un gran aliado contra los gases de efecto invernadero. Reciben también el nombre de “dinoflagelados” puesto que generalmente disponen de flagelos que actúan como apéndices que les ayudan en sus desplazamientos.

Una pequeña proporción de dinoflagelados, aproximadamente, unas 50 especies, pueden generar toxinas que conforman las conocidas mareas rojas que pueden llegar a contaminar a moluscos que habiten en el mismo medio. La más conocida es la “noctiluca scintillans” que también recibe el nombre de “chispa de mar” por tener la cualidad de ser bioluminiscente y generar un singular brillo nocturno allí donde se concentra.

- Chrysophyta: es también conocida como alga dorada por su color amarillento debido a sus pigmentos. Suelen disponer también de un flagelo para poder llevar a cabo su movimiento. Generalmente habitan en ecosistemas de agua dulce y se organizan en colonias formadas por miles de individuos.

- Euglenophyta: este tipo de alga suele vivir en ecosistemas de agua dulce ricos en nutrientes y debido a su composición unicelular fusiforme suelen tener aspecto con forma de óvalo y alargada. Puede considerarse un bioindicador de la calidad del agua en la que habita ya que se alimenta de materia orgánica actuando como organismos heterótrofos ya que en su mayoría han perdido los cloroplastos por lo que no realizan la fotosíntesis.

Las algas multicelulares a diferencia de las unicelulares están compuestas por un mayor número de células que en ocasiones se organizan para crear filamentos que influyen en su aspecto creando ramificaciones y en ocasiones desarrollando flagelos que influyen en su movimiento. 

Entre las algas multicelulares podemos diferenciar:

- Rodophytas: son las conocidas como algas rojas debido a los pigmentos que las proporcionan ese color característico y que las permite incluso en aguas profundas realizar el proceso de fotosíntesis. Suelen habitar en fondos marinos y guardan una estrecha relación con los arrecifes de coral ya que contribuyen tanto a su alimentación como a la de otros seres vivos que viven en los arrecifes. Son un grupo muy heterogéneo y pueden tener formas muy diversas, cilíndricas, laminares, con ramificaciones, etc. Son seres autótrofos que realizan la fotosíntesis.

- Phaeophyceae: son algas generalmente marinas también conocidas como algas pardas por su color característico. Suelen avistarse flotando en el mar y sirven de alimento a otras algas y animales invertebrados. Suelen tener estructuras tubulares para transportar el agua y los cloroplastos que les permiten realizar la fotosíntesis. Existen algunas especies como la macrocystis pyrifera también conocida como sargazo que puede llegar a medir 45 metros de longitud.

- Chlorophyta: este tipo de algas verdes se suelen encontrar tanto en ecosistemas acuáticos de agua dulce pero en un porcentaje menor podemos encontrarlos dentro de entornos acuáticos de agua salada. Aunque presentan diversos tipos de pigmentos no suelen alterar su color verde debido a la clorofila que permite realizar la fotosíntesis y almacenar en su organismo almidón. Este grupo es el más diverso y numeroso entre las algas contando con alrededor de cien mil especies. En los entornos costeros ayudan a evitar la erosión de los suelos del litoral.