"Monera", el reino de las bacterias
Cuando nos referimos a “reinos de la naturaleza” podemos definirlos basándonos en la Real Academia de la Lengua Española (RAE) como “cada una de las grandes subdivisiones en que se consideran distribuidos los seres naturales”. Si realizamos una definición más cercana a la biología la RAE nos habla de “categoría taxonómica que agrupa filos de organismos que comparten rasgos vitales básicos como moneras, protistas, hongos, plantas y animales”.
Para definirlo de una forma más sencilla diremos que los seres vivos pueden dividirse en cinco grandes reinos, nosotros vamos a referirnos al reino animal, vegetal, de las algas, de los hongos y de las bacterias, que coinciden en unas características comunes propias de ese reino (su composición celular, características morfológicas, el hábitat en el que viven, su nutrición, etc.).
El reino de las bacterias en el que nos vamos a adentrar en profundidad a lo largo de este recurso también puede denominarse “reino monera”, nombre que fue aportado por el biólogo Ernst Haeckely, muy implicado en los estudios de los orígenes de la vida y de la evolución del hombre y es el reino con la biodiversidad más numerosa del planeta Tierra excediendo en número con diferencia al del resto de reinos de la naturaleza con unos cuarenta y cinco billones de bacterias. Las bacterias están presentes desde hace millones de años en nuestro planeta, de hecho, gracias a la micropaleontología, ciencia que estudia los restos microfosilizados, se puede estimar que las bacterias más antiguas tienen unos 3 millones y medio de años, muy por encima de las primeras plantas terrestres o los primeros animales. Solamente por los millones de años que tienen de vida las bacterias podemos deducir que son capaces de adaptarse a cualquier cambio y a cualquier medio para sobrevivir.
Si atendemos a la definición que nos ofrece la Real Academia de la Lengua Española (RAE) podemos referirnos al término bacteria como “microorganismo unicelular sin núcleo diferenciado, algunas de cuyas especies descomponen la materia orgánica, mientras que otras producen enfermedades”.
¿Qué son exactamente las bacterias?
Las bacterias son organismos vivos de carácter unicelular, es decir, están compuestos por una sola célula procariota. Las células procariotas son aquellas que no tienen núcleo central y no disponen de cubierta membranosa como las células eucariotas manteniendo, por lo tanto, una estructura mucho más sencilla en la que flota el citoplasma con toda la información del material genético celular. Estos organismos unicelulares son microscópicos por lo que no pueden verse a simple vista, sino que necesitamos de un instrumento de aumento como el miscroscopio para poder analizarlos. Aunque es cierto que muchas bacterias pueden causar muchos daños en la salud de los seres vivos podemos contabilizar entre el elevado número de bacterias que existen tan solo quinientas bacterias, por lo que en realidad aportarían más beneficios que perjuicios al planeta, aunque eso no reste importancia a los cuidados y medidas de higiene que tenemos que seguir adoptando para prevenir enfermedades.
Las dimensiones de las bacterias se miden en micrómetros y para microbios puede llegar a usarse el nanómetro. Existen bacterias con forma esférica y otras con forma alargada. Las bacterias esféricas se miden por su diámetro que suele alcanzar como máximo dos micrómetros y las bacterias alargadas se miden por su largura y anchura alcanzando como máximo dos micrómetros de ancho por dos de largo. Existen algunas bacterias con forma de bastón a las que se denomina bacilos.
La nutrición de las bacterias puede variar entre bacterias heterótrofas, que necesitan de otros organismos vivos para poder alimentarse y bacterias autótrofas que son capaces de alimentarse por sí mismas, como las bacterias del plancton oceánico que son capaces de realizar un proceso metabólico en el que transforman la luz en energía y liberan oxígeno, aunque también hay bacterias que realizan una fotosíntesis anoxigénica, es decir, no liberan oxígeno en la fotosíntesis ya que se sirven de gases como el ácido sufhídrico o el hidrógeno. Este tipo de adaptaciones de unos seres tan sencillos es lo que garantiza su supervivencia y por eso se están estudiando los procesos implícitos en la vida de las bacterias puesto que podrían estar relacionados con la prevención de algunas enfermedades.
La reproducción de las bacterias se producen su mayoría por bipartición que es una reproducción de forma asexual por la que se dividen en dos las células. Antes de realizar esa división duplican el ADN de la célula y luego empieza a generarse una pared celular que va separando las células hasta conseguir generar dos nuevos organismos vivos o bacterias en este caso.
Existen otras formas de reproducción de las bacterias de forma sexual como la transformación, la transducción y la conjugación.
La transformación se produce cuando una bacteria capta ADN que se encuentra libremente flotando en el medio y que puede proceder de células bacterianas a las que se les ha roto la membrana celular y el plasma queda circulando con el material genético.
La transducción es una forma de reproducción sexual entre bacterias que se realiza por la mediación de un virus que infecta a la bacteria y es capaz de replicar a través del ADN viral el material genético de unas células a otras, danto lugar a una bacteria nueva.
La conjugación es la reproducción entre una célula bacteriana donante y otra receptora entre las que existe a diferencia de las anteriores un contacto directo. Este suele ser un mecanismo de reproducción que facilita la propagación bacteriana y su mayor resistencia a los antibióticos.
Si intentamos acercarnos a una clasificación de las bacterias sencilla dentro de la complejidad que abarca este reino, podríamos decir que a nivel morfológico la forma de conocer las características de una bacteria es mediante el método de tinción de Gram (técnica que recibe su nombre de Hans Christian Gram microbiólogo que descubrió este principio metodológico).
El “método de tinción de Gram” se basa en la coloración de las bacterias para que estas puedan reaccionar en cristal violeta y posteriormente a una preparación de alcohol. Así, por ejemplo, las bacterias Gram + (grampositivas) son aquellas que mantienen su color original y las bacterias Gram – (gramnegativas) las que tras este proceso de tinción-decoloración sufren una pérdida de color.
Esto se debe a un componente de las bacterias que se denomina peptidoglucano que es el agente que forma la pared celular que es lo que diferencia a las bacterias Gram + que al tener más peptidoglucano tienen paredes celulares más gruesas que no se alteran ante los procesos efectuados en el laboratorio y las Gram – paredes más finas que se pierden en el proceso químico. Esto es muy importante, sobre todo, para diferenciar las bacterias en el campo de la medicina, para determinar si las bacterias son resistentes a los antibióticos o si su propagación pueda ser mayor.
Entre las bacterias Gram – existen algunas muy conocidas como la salmonella que es la causante de la salmonelosis o la legionella que produce neumonía.
Dentro de las bacterias Gram + encontramos la listeria que ocasionaría la enfermedad de la listeriosis, motivo por el que la leche es pasteurizada mediante un proceso térmico que evita la contaminación bacteriana.