Características de los gusanos
Los gusanos son uno de los principales grupos de animales invertebrados, que, como ya sabemos, no tienen esqueleto. Se caracterizan por tener un cuerpo alargado, blando y sin extremidades, aunque algunos de ellos tienen pequeños apéndices con los que se ayudan a desplazarse, pero no tienen patas o extremidades articuladas.
Los gusanos respiran de una forma especial, toman oxígeno a través de la piel; para ello, necesitan tener la piel húmeda para poder absorber el oxígeno del aire. A esta forma de respirar se la denomina respiración cutánea. Se desplazan arrastrándose gracias a sus músculos y en algunos casos a unas pequeñas púas que les ayudan al clavarse en el suelo.
Estos animales pueden ser terrestres, como las lombrices, que hacen vida en jardines, huertas o en el campo, mientras que otros gusanos pueden ser acuáticos, como algunos tipos de sanguijuelas.
Los gusanos pueden depender de otro ser vivo o huésped, por lo que se le denomina parásito, o vivir de forma independiente y alimentarse de otros animales, plantas o materia en descomposición.
Los gusanos se reproducen de forma asexual, es decir, solo necesitan un progenitor y se reproducen a partir de una parte del gusano principal. La otra forma es reproducción sexual. Son animales hermafroditas que tienen órganos sexuales tanto masculinos como femeninos, por lo que solo necesitan un progenitor para reproducirse.
Ten cuidado y no te confundas: las larvas de muchos insectos no son gusanos, aunque puedan parecerlo. Pertenecen a otros grupos de invertebrados como los insectos. Estos animales cuando salen del huevo tienen forma de gusano, denominado larva. Para convertirse en adultos sufren un proceso llamado metamorfosis y cambian totalmente su forma y tamaño, pasando a ser los insectos que conocemos. Un ejemplo de esto son las orugas; no son gusanos sino larvas de mariposa.
Dentro de los gusanos hay muchas más categorías, pero en este recurso vamos a trabajar con los platelmintos, los nematodos y los anélidos.