¿Para qué sirve?
Los Estados suelen fragmentar su territorio en unidades más pequeñas con el fin de gobernar con mejor eficacia su territorio y ofrecer mejores servicios a su población.
De esta manera, un país tiene, además de las instituciones de carácter estatal, instituciones de carácter regional y local. En función de la organización territorial y administrativa de un país, hablamos de regiones, jurisdicciones, distritos, cantones, etc. La nomenclatura varía dependiendo de cada Estado y su entidad es mayor o menor a nivel jurídico. En España la división es en comunidades autónomas, provincias, diputaciones y municipios.
En función del poder que ejerzan estas instituciones sobre un menor o mayor rango de influencia territorial, hablamos de un Estado centralizado (unitario) o un Estado descentralizado.