Con la mejora de los indicadores económicos entre Alemania y sus antiguos enemigos, las relaciones internacionales a nivel político también mejoraron. Algunos historiadores han llamado a este periodo la "concordia ilusoria", pues es un lapso corto de cinco años en los que parecía que el futuro sería más benévolo que en el pasado reciente.
Para terminar de cerrar los problemas territoriales surgidos tras el Tratado de Versalles, las potencias se reunieron en la localidad suiza de Locarno. Allí se firmaron una serie de tratados negociados entre Bélgica, Checoslovaquia, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y Polonia. En ellos, estos países reconocían susfronteras, y se comprometían a respetarlas. Además, se acordó que la región de Renania debía seguir siendo una zona desmilitarizada.
Otro hecho a destacar es que, en 1926, Alemania fue admitida como miembro de pleno derecho en la Sociedad de Naciones. Dos años más tarde, en 1928, se firmó el Pacto Briand-Kellogg, un acuerdo entre quince Estados donde estos se comprometían a no utilizar la guerra para solucionar las controversias internaciones.