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Italia en la posguerra

Europa e Italia después de Versalles

La situación en la Italia del periodo 1919-1922 no difiere mucho de la de otros países europeos: paro, huelgas, soldados veteranos desencantados, crisis económica... Este escenario era en gran parte heredado del final de la Primera Guerra Mundial, que dejó a los contendientes social y económicamente exhaustos. Además, en el caso concreto de Italia, surgió el llamado “irredentismo”. Se trata de un movimiento político que reclamaba para el país una serie de territorios que no le habían sido concedidos en el Tratado de Versalles.

Mapa con las reivindicaciones italianas en Versalles
Wikimedia Commons/Ruthven. Mapa con las reivindicaciones italianas en Versalles (CC0)

Mientras esto sucedía en Italia, en Rusia, el Ejército Rojo había vencido a sus enemigos y se estaba creando el primer Estado socialista de la historia, la Unión Soviética, que nació oficialmente en 1922. En los Estados liberales occidentales, las clases dirigentes temían que la revolución socialista sucedida en Rusia se contagiase a sus países. La lucha entre la burguesía liberal y el movimiento obrero se concretó en un refuerzo del conservadurismo de los grupos dirigentes, pero también, en el nacimiento de una nueva ideología, como veremos a continuación.

En este contexto, un antiguo socialista reconvertido en ultranacionalista formó un grupo paramilitar al que denominó Fasci di combattimento. Su nombre era Benito Mussolini. Para erradicar el peligro bolchevique y colocar a Italia como una potencia de primer orden mundial, este prometía reformas políticas y sociales, combinadas con nacionalismo. De ese cóctel de ideas surgió el fascismo, que tomaría forma política definitiva con la fundación del Partido Nacional Fascista en 1921.

Fotografía de Mussolini posando
Wikimedia Commons/Vituzzu. Benito Mussolini (Dominio público)