Saltar la navegación

La aspiración al control total

La toma del poder

En marzo de 1933, los nazis ganaron unas nuevas elecciones. Esta vez se celebraron en unas condiciones no totalmente libres:

  • El Partido Nacionalsocialista empleó a fondo la propaganda y controlaba los medios de comunicación.
  • Las SA intimidaron a los oponentes políticos.
  • Los actos electorales de otros partidos fueron prohibidos.
  • Ese mes el edificio del Reichstag se incendió. Los nazis culparon a los comunistas, cuyo partido político fue prohibido.
Fotografía de la fachada del Reichstag durante el incendio
Wikimedia Commons/Desconocido. Fachada del Reichstag durante el incendio (CC BY-SA)

También en marzo de 1933 el Reichstag aprobó  la Ley Habilitante, que permitía a Hitler elaborar leyes sin pasar por el parlamento. Alemania se convierte en el Tercer Reich.

Uno de los primeros problemas que tuvo que afrontar Hitler una vez investido como canciller fue el ímpetu revolucionario de las SA, las cuales veían la llegada a la cancillería no como un fin, sino como un paso más en la revolución nacionalsocialista. Tanto el Ejército como los grupos industriales veían esto con preocupación. Para calmarlos, en junio de 1934 sucedió la Noche de los Cuchillos Largos, por la que las SA fueron descabezadas de sus líderes, incluyendo a su más alto cargo, Ernst Röhm (amigo personal del Führer). La depuración en las filas nacionalsocialistas fue llevada a cabo por las SS (Schutzstaffel), unidad paramilitar creada por Heinrich Himmler que surgió de las SA y que en un principio constituyó la guardia personal de Hitler.

Hitler y Röhm en un desfile en 1933, haciendo el saludo nazi
Wikimedia Commons/German Federal Archives. Hitler y Röhm en un desfile, 1933 (CC BY-SA)

En agosto de 1934 murió el Presidente Hindenburg, hecho que fue aprovechado por Hitler para unificar los cargos de Presidente y de Canciller en uno solo. Ahora era el Führer ("líder").