Junto con Japón, Estados Unidos fue el primer país en iniciar su crecimiento económico porque su industria nacional no había sido destruida por la guerra. Esta situación favorable le permitió ayudar a los países europeos a salir de la crisis. El medio utilizado fue ideado por el financiero y político estadounidense Charles Dawes.
Con la ocupación del Ruhr y la consiguiente crisis, estaba claro que Alemania no iba a hacer frente al pago de reparaciones. La idea de Dawes para flexibilizar los pagos y reducir las cantidades que Alemania debía pagar consistía en que la banca americana daría créditos al Gobierno alemán para que este levantase su industria (junto con la realización de inversiones de capital americano en empresas industriales alemanas). De este modo, podrían pagar a sus acreedores, entre los que destacaban Francia, Reino Unido, Italia y Bélgica. Y estos países, al recibir esos fondos, podrían devolver las deudas de guerra que habían contraído con Estados Unidos. A este conglomerado de créditos y pagos se le conoce como el Plan Dawes, que comenzó su implantación a partir de 1924.
Bajo estas condiciones, Francia y Bélgica aceptaron abandonar la ocupación del Ruhr en agosto de 1925. Esto abrió un periodo de prosperidad y concordia internacional que se mantuvo hasta 1929. Precisamente en ese año se aprobó el Plan Young, un segundo plan de pagos de reparaciones de Alemania que nunca llegó a implementarse debido a los efectos de la Gran Depresión.