Entre 1933 y 1939, la política exterior de la Alemania nazi se concentró en destruir los acuerdos previstos por el Tratado de Versalles. La economía del Tercer Reich se orientó, así, a la producción bélica, buscando conseguir un ejército poderoso que venciese sin paliativos en la siguiente guerra. Veamos los principales hitos en política exterior de este periodo.

• 1935: la región del Sarre vuelve a Alemania mediante un plebiscito (algo previsto por Versalles). Ese mismo año Hitler anuncia que vuelve a instaurarse el servicio militar obligatorio y la creación de una fuerza aérea militar, conocida como Luftwaffe.
• 1936: el ejército alemán (Wehrmacht) militariza de nuevo Renania. Se celebran los Juegos Olímpicos de Berlín, que fueron aprovechados como escaparate propagandístico para vender el régimen al exterior. En octubre se firma el Eje Roma-Berlín, un pacto de amistad entre Italia y Alemania. En noviembre, Alemania y Japón firman el Pacto Antikomintern, dirigido contra la Internacional Comunista controlada por Moscú.
• 1937: Italia se une al Pacto Antikomintern.
• 1938: en marzo se ejecuta el Anschluss, la unificación con Austria. En octubre Hitler reclama la región checoslovaca de los Sudetes, donde habitaban tres millones de alemanes. Para evitar la guerra, Mussolini convoca una reunión entre Gran Bretaña, Francia, Italia y Alemania para resolver la crisis. Tras esta reunión, conocida como el Pacto de Múnich, Checoslovaquia entregó los Sudetes a Alemania.
• 1939: en marzo la Wehrmacht ocupa lo que quedaba de Checoslovaquia, transformando el país en el Protectorado de Bohemia y Moravia. Días más tarde, ocupan el territorio de Memel, perteneciente a Lituania. En mayo se firma el Pacto de Acero, una alianza político-militar nuevamente entre Italia y Alemania. En agosto, Alemania y la Unión Soviética firman el Pacto Nazi-Soviético (también llamado Ribbentrop-Molotov), para sorpresa del resto de potencias.