La leyenda de san Jorge
Vamos a leer una leyenda conocida en toda España como la leyenda de San Jorge. Nos cuenta que en la ciudad de Silca, vivía un dragón que a todos atemorizaba. En nuestros días, el 23 de abril, se recuerda la leyenda para celebrar el día de libro.
Lee con atención esta leyenda de San Jorge.
Hay un dragón tremendo ¡qué miedo, qué terror!-,
un monstruo espeluznante que a todos da pavor.
Es un dragón viscoso de dientes afilados,
del que los lugareños huyen despavoridos.
Pasea el monstruo hambriento meneando la cola
y echando llamaradas enormes por la boca.
No hay ningún caballero por salvar a su dama
que se atreva a toserle ni a tocarle una escama.
Con un solo zarpazo, derriba un pueblo entero.
Al pegar un rugido, este animal tan fiero,
hace temblar la tierra y dando un pisotón,
aplasta tres castillos. ¡Qué horrible es el dragón!
Grita con voz potente subido a la colina:
“Es la hora del almuerzo. Tengo un hambre canina.
¿Tenéis algo jugoso para echarme a la boca?
Qué sé yo…, una ternera, tres gansos, una oca…”
El dragón se impacienta. Le toca a la primera:
una chica lozana, Serra la panadera.
Y tras un joven fuerte, al dragón le apetece
comerse a la princesa. ¡Qué dulce le parece!
El rey implora y gime. La reina está abatida.
“¡Ay!, nuestra niña hermosa, que va a ser engullida”.
Mientras, la princesita camina hacia la fiera,
que con la boca abierta, se relame y espera.
No os preocupéis monarcas, porque es claro y certero
que a las princesas, siempre, las salva un caballero.
De pronto, todo calla y un silencio absoluto
se hace en el lugar en menos de un minuto.
Se acerca un caballero montado en su corcel.
Todo el pueblo lo observa, está pendiente de él.
Cabalga muy valiente el mozo hacia el dragón.
“No me das ningún miedo, bichejo bravucón”.
El monstruo lo descubre y piensa en un instante:
“Hoy vas a ser mi cena con salsa muy picante”.
Pero al apuesto joven no le apetece el plan.
“Cierra ya tu bocaza, engendro charlatán”.
El chico es temerario, valiente entre valientes.
De un solo puñetazo, le hace saltar tres dientes.
Sin perder un segundo, lo ensarta con su lanza:
se la clava enterita en medio de la panza.
Mata a la bestia horrible de un lanzado mortal
y del charco de sangre nace un bello rosal.
La joven se enamora, lo quiere por esposo.
El chico se sonroja, porque es muy vergonzoso.
“Yo no puedo casarme, pues soy santo varón:
es la de hacer el bien mi única ocupación”.
Y dándole una rosa, se va galantemente:
emprende su camino, a ayudar a otra gente.
Farré, Lluís y Canals, Mercè. (2009). La leyenda de san Jorge. Combel: Barcelona.
Actividad por parejas:
- Leed la leyenda con atención y ritmo.
- Realizad dos dibujos sobre la leyenda.
- Uno de lo que pasa al principio.
- Otro de lo que pasa al final.