Si quiero, ¡puedo!
No sólo estás creciendo en tamaño y peso, también lo haces en autonomía, es decir, cada día eres capaz de realizar más tareas y actividades. Es fundamental adquirir hábitos de autonomía acordes a nuestra edad, pues sólo de esta forma conseguiremos ser personas independientes y capaces de poder llegar a lograr las metas que nos propongamos.
Un niño autónomo es aquel que es capaz de realizar por sí mismo aquellas tareas y actividades propias de los niños de su edad y de su entorno. Los niños con pocos hábitos de autonomía, generalmente presentan problemas de aprendizaje y de relación con los demás.
A medida que vas creciendo, debes ir progresando en hábitos como:
Higiene
Todo lo referido a la higiene y autocuidado personal, por ejemplo: control de esfínteres, lavarse las manos solo, cepillado de dientes tras cada comida, el baño, lavarse la cabeza, peinarse, usar los productos de higiene…
Vestido
Todo lo que se refiere al uso de las prendas y su cuidado: ponerse distintas prendas (pantalones, calcetines, abrigos, zapatos, cremalleras, botones…), guardarlas en el lugar adecuado, elegir la propia indumentaria.
Alimentación
Relacionado con la conducta alimentaria: comer solo, uso de los distintos cubiertos, respetar unas normas básicas de educación en la mesa como masticar con la boca cerrada o limpiarse la boca con la servilleta antes de beber, prepararse una merienda…
Sociabilidad
Son hábitos referentes a la relación con los demás, el uso de algunos servicios comunitarios y la conducta en el hogar: van desde saludar a la gente conocida, escuchar, pedir por favor y dar las gracias; respetar turnos en juegos, pedir prestado, conocer los lugares para cruzar la calle...