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Tus decisiones, tus consecuencias

Mejor dialogar que discutir

La toma de decisiones permite el desarrollo de la capacidad crítica, la responsabilidad, la empatía y la resolución de problemas y/o conflictos desde los primeros años. 

La toma de decisiones consiste en elegir una opción entre las disponibles, a los efectos de resolver un problema que se pueda presentar independientemente del ambiente en el que aparezca. Para poder llevarla a cabo, debes conocer cuál es la dificultad, analizarla, conocer su causa, cuáles son las posibles opciones que se presentan y cuáles son las consecuencias que puede acarrear. La toma de decisiones implica:

El desarrollo de la capacidad crítica.
El desarrollo de la responsabilidad.
El desarrollo de la empatía.
El desarrollo de la capacidad de comunicación.
El desarrollo de la capacidad de gestión de conflictos. 

El sí y el no

Para jugar hay que sentar a todos los niños y niñas en el centro del aula y colocar un folio con la palabra «Sí» en una punta y otro con la palabra «No» en la otra. 

La maestra o maestro deberá decir una frase y cada alumno tendrá que ir hacia uno de los dos puntos del aula en función de si están de acuerdo o no con esa afirmación. 

Cuando todos hayan elegido su respuesta, cada uno deberá argumentar su posicionamiento, permitiendo un debate ordenado y calmado. En caso de que alguien cambie de opinión, puede moverse libremente. Podemos usar frases del tipo: 

- Hay una cera de color en el suelo y dos compañeros la reclaman como suya. El más fuerte se la queda, ¿sí o no?

- Estoy en la fila y pongo delante a quien yo quiera, ¿sí o no?

- Dos compañeros se pelean y yo los animo para que sigan pegándose ¿sí o no?

Inflarse como globos

Duración:
00:45
Agrupamiento:
Toda la clase

Los niños y las niñas deben colocarse de pie en círculo y se les explicará que cuando nos encontramos con algún problema es normal alterarse, pero que hay que aprender a relajarse. 

A continuación, deberán respirar profundamente, con los ojos cerrados y, a medida que sus pulmones se llenan, ir levantando los brazos como si fuesen globos. Luego, sueltan el aire, se arrugan como globos y se desinflan hasta caer en el suelo. 

Una vez repetido y terminado el ejercicio, se les puede preguntar si respirar profundamente les ayudará a relajarse cuando estén enfadados. También funciona contar hasta 10 antes de reaccionar delante algo que no les gusta.