Amenazas de la sabana:

La sabana se constituye como uno de los ecosistemas con uno de los paisajes más emblemáticos del planeta, puesto que sobre la llanura se pueden observar los icónicos baobabs, árbol también denominado "pan de mono" y que se encuentran en regiones de diferentes continentes como Australia, Madagascar, así como el interior de África. Debido al escaso dosel en el que las copas de los árboles apenas se juntan, se muestra un espacio abierto en el que poder observar la vida salvaje que en este bioma se desarrolla.

Sin embargo, las acciones del hombre sobre estos ecosistemas están poniendo en peligro su preservación y esto se relaciona directamente con el calentamiento global y el cambio climático, que en el caso de la sabana acusa una grave sequía y desertificación debido al uso de los recursos acuíferos sin apenas control, al incremento demográfico de la población que a su vez ha incidido en el uso recurrente de prácticas de pastoreo intensivas que terminan con los pastizales que tan importantes son para la alimentación de los animales herbívoros que habitan en la sabana.

La vegetación con la adaptación natural que realiza para la supervivencia está perdiendo nutrientes y está transformando su estructura para resultar menos atractivas para el alimento de los animales. De esta manera proliferan cada vez más plantas leñosas que necesitan menos oxígeno para su crecimiento pero que a su vez utilizan mayor cantidad de agua para nutrirse por lo que avanzan sobre los pastos. En este círculo que parece no tener fin se unen otras prácticas poco respetuosas con el entorno como la caza furtiva de especies como el elefante africano codiciado por el marfil de sus cuernos, el rinoceronte negro cuyos cuernos se valoran como trofeo o la cebra que se ha convertido en objetivo de los cazadores para obtener su piel engrosando junto a las dos anteriores la lista de especies en peligro de extinción. Incluso pese a la escasez de árboles algunos también son codiciados para la talla de sus maderas que se venden en los mercados.

La Organización de Naciones Unidas (ONU) coordina el desarrollo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) con el objetivo de unificar esfuerzos entre los diferentes países, para poder luchar de forma conjunta contra el cambio climático, la desertificación y promover actuaciones orientadas a la protección de espacios naturales o a la reforestación.

Las sabanas son uno de los ecosistemas amenazados del planeta que sufren un alto riesgo de conservación por las fuertes sequías y la desertificación.

Posibles soluciones:

El enfoque para poder lograr soluciones más estables a las sequías tiene que estar orientado a medidas preventivas y constantes más que a paliar los efectos que estas causan en estos ecosistemas. Crear sistemas que se basen en un uso racional del agua, la plantación de vegetación autóctona resistente a la sequía, evitar el sobrepastoreo y llevar medios tecnológicos y formativos que ayuden a la población a saber gestionar mejor sus recursos. Pero sin duda, la responsabilidad es colectiva ya que el calentamiento global y la sobreexplotación de los recursos del planeta es el factor que está poniendo en peligro de forma global a todos los ecosistemas, por lo que hay que adoptar un compromiso común con pequeñas acciones responsables diarias para poder afrontarla por todos y cada uno de nosotros.

Por otra parte, es importante extinguir algunas prácticas que amenazan las especies animales más singulares de estos ecosistemas, como terminar con el comercio de marfil que pone en peligro al elefante africano o el uso de pieles de animales o de maderas exóticas procedentes de estos biomas, logrando un equilibrio en consonancia con el medio que nos rodea. También se están creando reservas protegidas de animales como el rinoceronte negro para evitar la caza furtiva de estos ejemplares.