En el año 801 una expedición del imperio carolingio conquista la ciudad de Barcelona, formando el condado del mismo nombre. No será hasta el 978 cuando los condes de Barcelona se proclamarán independientes de los reyes francos. Se formará un principado bajo la autoridad del conde de Barcelona, que se extenderá a ambos lados de los Pirineos. En el caso catalán, estas montañas no son el límite norte de sus territorios, sino que incluyen hasta la ciudad de Perpiñán. 

Paulatinamente empezarán una expansión hacia el sur, aunque nunca dejarán de prestar atención a los sucesos que ocurren más allá de los Pirineos. De esta manera, ocuparán Tarragona al 1116, Tortosa dos años después y Lleida en 1149. Por lo demás, en el 1137, se concertará el matrimonio de la heredera de Aragón (Petronila) y el conde de Barcelona (Ramón Berenguer IV), uniendo los destinos de aragoneses y catalanes para los próximos siglos.

La influencia franca hará que la sociedad sea de tipo feudal y estamental desde época muy temprana, como en el resto de la Europa cristiana. Por otra parten se organizan las "asambleas de tregua y paz" a partir del 1021 y se recopilan las leyes o usos, que darán origen a los futuros fueros. Así en el siglo XIII se organizarán las Cortes Estamentales con la representación de los tres grupos sociales; nobles, eclesiásticos y ciudadanos. En la economía, destacará Barcelona como centro urbano, comercial y artesanal, siendo uno de los principales puertos de Mediterráneo.