El arte andalusí
El arte andalusí está directamente marcado por la religión musulmana. La interpretación mayoritaria del Corán considera pecado representar la figura humana, por lo que la escultura y sobre todo la pintura estarán muy poco desarrolladas. Aunque no se representen personas, la decoración interior de los edificios será muy rica, con motivos vegetales, geométricos o caligráficos.
Por contra, la arquitectura fue la creación artística más importante. De hecho, las mezquitas y palacios constituyeron el culmen del arte andalusí desde el punto de vista estético, si bien otros, como los castillos y fortalezas, también destacaron por su belleza y monumentalidad. A continuación, veremos los principales rasgos presentes en la mayoría de los edificios:
- Horizontalidad. Las construcciones se desarrollaron a lo ancho, sin buscar una gran altura. Únicamente las torres defensivas o los minaretes, que sirven para llamar a la oración a los fieles, serán altos.
- Contraste entre los materiales interiores y exteriores. Como norma general, el exterior era de piedra o ladrillo, en contraposición con los materiales ricos y luminosos del interior, con azulejos, mármoles y yeserías decorativas.
- Profusa decoración interior. Relacionado con los materiales, mientras que al exterior se muestra la piedra o el ladrillo desnudo, en el interior se desarrolló una profusa decoración con motivos vegetales o geométricos que ocuparon todo el espacio disponible.
- Uso de elementos de otras culturas. Los pueblos árabes no tenían una tradición arquitectónica propia. Por eso, utilizaron la de los grupos con los que entraron en contacto, especialmente con la tradición romana. Así utilizaron el arco de medio punto en diferentes versiones -como el de herradura-, las cúpulas de media naranja, las bóvedas de cañón y las columnas de inspiración clásica. Todo ello estaba adaptado a los gustos de sus nuevos usuarios y creadores.