El trabajo en las minas
La economía se basó en un comercio entre los territorios de península ibérica y los de ultramar. Además, a nivel jurídico, sus habitantes eran considerados por igual, a excepción de los esclavos. Uno de los objetivos de la Corona Hispánica era conseguir los máximos recursos a través de la extracción de oro y minerales, debido a la inmediatez, cantidad y rentabilidad del producto.
El oro se solía extraer del aluvión, es decir, de los ríos. Se separaba del resto de partículas que se extraían del mismo, se pesaba y se transportaba al puerto más cercano y, de ahí, a la península.
El resto de minerales se obtenían de las minas y, al frente de cada una, situaba un capataz indígena que organizaba la extracción. En ellas la explotación de la mano de obra indígena era terrible, trabajan muchas horas en pésimas condiciones, y debido a todo ello, muchos enfermaron y la población se redujo durante el siglo XVI. Además se utilizó un sistema americano de explotación llamado la mita, que consistía en un trabajo para el Estado, en determinados periodos del año, obligatorio (y muy duro). Las minas más famosas eran las de Zacatecas, en México, y las de Potosí, en Bolivia, donde había grandes cantidades de plata.