La caída del Muro de Berlín como símbolo, y algo más.
A finales de los años ochenta los acontecimientos se precipitaron. Las señales que hemos visto que agrietaban el sistema comunista se materializaron rápidamente en hechos concretos y el mundo asistió atónito a la desintegración de la URSS y de todo el bloque soviético.
- El primer paso significativo sucedió en Polonia y fue la llegada al poder del sindicato Solidaridad, tras ganar las elecciones en junio de 1989. Eso posibilitó la formación del primer gobierno no comunista en un país bajo la órbita soviética desde la II Guerra Mundial. En diciembre de ese mismo año Lech Walesa se convirtió en presidente de Polonia.
- El suceso más emblemático sucedió en Alemania, y fue la apertura del muro que dividía Berlín en dos partes. El 9 de noviembre de 1989, de forma totalmente repentina, el gobierno comunista permitió a la población de Alemania del Este acudir a la parte occidental. En unas horas la población se echó a la calle y la frontera dejó de existir. Al año siguiente, las dos Alemanias quedaron unificadas en una sola. La caída del muro de Berlín se convirtió en el símbolo del final de la Guerra Fría.
- En la Unión Soviética, las reformas de Gorbachov y los acontecimientos sucedidos en Polonia y Alemania, así como los movimientos para la independencia de algunas de las repúblicas que formaban la URSS, llevaron a una facción del partido comunista a intentar poner fin a estos cambios. En el verano de 1991, el ala dura del partido intentó un golpe de Estado que fue rápidamente sofocado por el que sería nuevo líder de Rusia, Boris Yeltsin. La URSS desaparecería oficialmente el 25 de diciembre de 1991, con la dimisión de Mijail Gorbachov.
- En los países que habían estado dominados por la Unión Soviética los cambios fueron también rápidos, aunque con éxito desigual. Checoslovaquia se dividió en dos países, República Checa y Eslovaquia, sin apenas conflicto. La mayoría de los demás países vivieron una transición pacífica hacia la democracia y la economía de mercado, con dos excepciones: en Rumanía, el presidente Ceaucescu fue ejecutado junto con su mujer, y Yugoslavia vivió una cruenta guerra que supuso su separación en diversas naciones (Serbia, Croacia, Eslovenia, Bosnia...)