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La desaparición de la URSS: los acontecimientos

De Polonia a Chernobyl

La desintegración de la URSS fue un hecho sorprendente que en ocasiones se nos presenta como si hubiera sucedido de un día para otro. Pero, durante los años ochenta, el bloque comunista fue dejando una serie de señales que pocos supieron interpretar.

Sin contar con los intentos rupturistas producidos en Hungría (1956) y Checoslovaquia (Primavera de Praga, en 1968), el primer país en plantear reformas profundas fue Polonia. En 1980, allí se fundó el sindicato católico Solidaridad, el primer sindicato independiente en un país comunista. Estaba dirigido por Lech Walesa y desde el principio apostó por la resistencia pacífica. Durante sus primeros años el sindicato fue perseguido y su líder hecho prisionero en diferentes ocasiones. Las posibilidades de actuar del sindicato estaban muy limitadas, pero, sin duda, fueron un motivo de desestabilización para los regímenes comunistas, no solo para Polonia. A ello contribuyó también la concesión del premio Nobel de la Paz a Lech Walesa en 1983. 

Lech Walesa durante un mitin en 1980
Wikimedia Commons/European Solidarity Centre. Lech Walesa (CC BY-SA)

Es difícil saber si los cambios que a la vez se fueron produciendo en Polonia y otros países satélite son una causa o una consecuencia de las reformas iniciadas por Gorbachov. Lo que sí parece obvio es que hubo un suceso que influyó de manera significativa a acelerar el derrumbe del bloque comunista. En abril de 1986, en Chernóbil (Ucrania), entonces parte de la URSS, explotó una central nuclear que provocó la mayor catástrofe nuclear de la historia y un desastre ecológico sin precedentes. El número de fallecidos de manera directa o indirecta nunca se ha llegado a determinar con exactitud. El accidente hacía visible al mundo la incapacidad de la URSS para mantener sus propias instalaciones y su precariedad económica e industrial.

Una antigua señal indica precaución porque hay cerca una central nuclear.
Wikimedia Commons/ArticCynda. Chernóbil (CC BY-SA)

El estancamiento económico impedía a la URSS reaccionar ante los progresos rupturistas de otros países además de Polonia y justificaba las reformas impuestas por Gorbachov. Mientras tanto, EE.UU. optó por una política de no injerencia para no provocar una reacción contraria a los acontecimientos que se estaban produciendo.

Encuentra los errores

El siguiente texto es un texto ficticio extraído de la novela En el umbral de la eternidad, de Ken Follett. En él, una periodista asiste incrédula a una reunión del sindicato Solidaridad en 1981. Léelo y, después, contesta a las preguntas:

El sindicato estaba empezando a asumir el papel de liderazgo que normalmente se reservaba el Partido Comunista. La Unión Soviética nunca lo permitiría. 

La resolución se aprobó con un solo voto en contra, y los delegados se levantaron y aplaudieron. Sin embargo, eso no fue todo.

Alguien propuso lanzar un mensaje a los obreros de Checoslovaquia, de Hungría, de la Alemania Oriental y de «todas las naciones de la Unión Soviética» que decía, entre otras cosas: «Apoyamos a aquellos de entre vosotros que han tomado el dificultoso camino de la lucha por conseguir sindicatos libres». Se aprobó a mano alzada. Habían ido demasiado lejos.

Cartel propagandístico del sindicato Solidaridad
Wikimedia Commons/ Krugerr. Solidaridad (CC BY-SA)

El mayor miedo de los soviéticos era que la cruzada polaca por la libertad se extendiera a otros países del Telón de Acero… ¡Justo a lo que estaban animando los delegados, llevados por la emoción! La invasión parecía inevitable.

Al día siguiente la prensa solo hablaba de la indignación soviética. Solidaridad estaba interfiriendo en asuntos internos de los estados soberanos, clamaban. Aun así, no invadieron.

El dirigente soviético Breznev no deseaba invadir Polonia.

Ken Follett. En el umbral de la eternidad. Plaza&Janés

Pregunta 1

1. Después de esa resolución, la Unión Soviética invadió Polonia.

Pregunta 2

2. El sindicato Solidaridad era un sindicato católico que luchaba contra el comunismo.

Pregunta 3

3. Los firmantes del texto aspiraban a que más países aprobaran el derecho a tener sindicatos libres.

Pregunta 4

4. Se votó mediante papeletas marcadas. 

Pregunta 5

5. Los soviéticos no invadieron Polonia porque les parecían bien los cambios. 

Chernóbil, ¿qué decían los medios?

Duración:
20:00 minutos
Agrupamiento:
Individual o en grupos.

El 15 de mayo de 1986, 20 días después del accidente de Chernóbil, el periódico El País publicaba un editorial analizando la situación provocada por la explosión nuclear. Léelo y contesta a las preguntas:

Por fin, a los veinte días de la catástrofe, ha hablado Mijail Gorbachov. Sería absurdo no reconocer en su discurso algunos aspectos positivos. Pero en sus palabras se reflejan todavía muchas reticencias y dificultades, principalmente en relación a la publicidad sobre el accidente, cuya realidad misma desmiente la contumaz tendencia de los soviéticos a presentar en tonos optimistas todo lo que ocurre en su país. Gorbachov ha dicho que "lo peor ha pasado" [...]. El tono y las propuestas del discurso indican que el líder soviético se dirigía a una opinión pública conmovida por legítimos temores y a la que quería tranquilizar. No es ninguna minucia que el Buró Político haya designado una comisión especial, dirigida por el jefe del Gobierno, para seguir directamente la cuestión.

El conjunto de propuestas formulado por Gorbachov, para internacionalizar la vigilancia de las centrales nucleares y garantizar en caso de accidente una información urgente, responde a un hecho que Chernobil ha puesto de relieve de forma dramática: los gravísimos peligros inherentes al empleo de la energía nuclear desbordan las fronteras, son transnacionales por su naturaleza misma. [...] Cuando Gorbachov pide ahora un sistema internacional que garantice informaciones urgentes en los casos de accidente, es inevitable recordar que eso es precisamente lo que los soviéticos no han hecho. Por eso las críticas que ha formulado, a la Prensa occidental son, en términos generales, totalmente infundadas. No se puede olvidar que en Europa occidental las primeras noticias sobre la catástrofe llegaron de Escandinavia, al registrarse allí la nube radiactiva, no de Kiev ni de Moscú.

Editorial. "Gorbachov y Chernóbil". El País. 15 de mayo de 1986

Ahora contesta a las siguientes preguntas

Pregunta

1. ¿Qué opina el periódico El País de las declaraciones de Gorbachov?

Respuestas

Que llegan en el momento oportuno. 

Que no son sinceras. 

Que ha tardado mucho en hacerlas. 

Que van a servir para tranquilizar a una población temerosa. 

Retroalimentación

Pregunta

2. ¿Cómo le parece al periódico que suelen ser las intervenciones de las autoridades soviéticas?

Respuestas

Optimistas. 

Pesimistas.

Falsas.

Oportunas.

Retroalimentación

Pregunta

3. ¿Eran conscientes Gorbachov y la población del riesgo que corrían tras las explosión?

Respuestas

No, no tenían ningún temor.

La población sí, pero Gorbachov pensaba que la opinión pública no era consciente. 

Gorbachov sí, pero la opinión pública no temía nada porque no sabían qué había sucedido.

Sí, la población tenían miedo y Gorbachov lo sabía. 

Retroalimentación

Pregunta

4. ¿Por qué quería Gorbachov internacionalizar la vigilancia de las fronteras?

Respuestas

Para controlar a los países que tenía alrededor. 

Para eludir sus responsabilidades.

Porque los riesgos no se pueden frenar con fronteras y no entienden de países. 

Para poder culpar a otros países de sus propios errores. 

Retroalimentación

Pregunta

5. ¿Por qué le parece al periódico que son infundadas las críticas a la prensa internacional?

Respuestas

Porque la prensa rusa lo hace mucho peor. 

Porque fue la prensa internacional la primera en informar. 

Porque es la que está informando de estas declaraciones de Gorbachov.

Porque El País defiende sus propios intereses, como parte de esa prensa internacional. 

Retroalimentación