La tarde del 23 de febrero de 1981 un grupo de militares y guardias civiles armados, bajo el mando del Teniente Coronel Tejero, entró en el Congreso de los Diputados mientras se elegía un nuevo presidente del Gobierno tras la dimisión de Adolfo Suárez. A la vez ocuparon Televisión Española y en Valencia el ejército tomó la calle. Fue el llamado golpe de Estado del 23-F.
La situación de máxima tensión se prolongó durante toda la tarde y parte de la noche, hasta que, de madrugada, el rey Juan Carlos I apareció en televisión condenando el golpe y defendiendo la democracia. Los generales Armada y Milans del Bosch, máximos responsables de la intentona golpista, renunciaron a sus pretensiones y Tejero abandonó el Congreso a la mañana siguiente, donde permanecían retenidos los diputados que estaban eligiendo presidente.
Las causas que provocaron el descontento de un sector del ejército y que los llevó a perpetrar el golpe son complejas, pero se podrían sintetizar en:
- La actividad de la banda terrorista ETA, que asesinaba decenas de personas cada año, la mayoría militares o guardias civiles.
- La legalización del Partido Comunista (PCE) y el regreso del exilio a España de sus principales líderes, responsables, en opinión de los golpistas, de la Guerra Civil Española.
- La descentralización del Estado, con el surgimiento de las Comunidades Autónomas y el amplio autogobierno que concedía a los llamados territorios históricos, Cataluña, País Vasco y Galicia.
- Las medidas sociales denominadas progresistas, que ponían de manifiesto un cambio radical en la mentalidad de la sociedad española al que acompañó la pérdida de influencia y prestigio social del ejército.