Economía de posguerra
Si hay algo que caracteriza a las posguerra fue la durísima situación económica que afectó a la mayoría de la población. La guerra había dejado cerca de medio millón de muertos, la mayoría hombres en edad de producir, y casi otros tantos exiliados.
Asimismo, la destrucción había sido enorme, de manera generalizada, lo que supuso la pérdida o el deterioro de importantes focos industriales, vías de comunicación como carreteras o líneas de ferrocarril, y, por supuesto, tierras de labranza. El resultado más inmediato fue la escasez de productos de primera necesidad, sobre todo alimentos, pero también ropa o herramientas, en muchas partes del país.
Esta situación de carestía provocó la necesidad de organizar el abastecimiento mediante cartillas de racionamiento, lo que en parte solucionaba el problema pero que contribuyó al surgimiento de un mercado negro o de estraperlo.
Ante esta situación, y ante la falta de apoyos internacionales durante los primeros años de la dictadura por su vinculación con el régimen nazi, el gobierno optó por una política de autarquía, defendiendo los beneficios de autoabastecerse sin necesidad de ayuda extranjera.