El Plan de Estabilización (1959)
En 1959 se pone en marcha el Plan de Estabilización, que nace con la idea de acabar con la autarquía que había caracterizado los primeros años de la dictadura franquista. La visita de Eisenhower, presidente de EE.UU., ese mismo año había puesto de manifiesto el fin del aislamiento internacional que había obligado a esa autarquía, cuyas negativas consecuencias eran preocupantes.
Así las cosas, una nueva hornada de políticos afines al Opus Dei, los llamados tecnócratas, mejor formados desde el punto de vista económico que sus predecesores, establecieron este Plan de Estabilización con las siguientes intenciones:
- Devaluar la peseta frente al dólar, para así aumentar la inversión extranjera, toda vez que la situación económica de los países occidentales estaba mejorando a buen ritmo.
- Reducir la inflación, que estaba subiendo a niveles alarmantes.
- Limitar el gasto público, disparado debido a las numerosas ayudas y obras públicas puestas en marcha por el régimen.
En los años 60 la situación económica del país mejoró notablemente, en parte por estas medidas y en parte porque la economía mundial también lo hacía y arrastraba a la española. Es a este periodo al que conocemos como desarrollismo, pues la sociedad empezó a acceder en masa a un mercado de electrodomésticos, automóviles, turismo…
La principal consecuencia negativa fue el aumento del paro, que provocó la creación de un subsidio para paliar sus efectos y, sobre todo, el fenómeno de la emigración, tanto a las grandes ciudades, el llamado éxodo rural, como al extranjero, principalmente a Francia, Alemania y Suiza.