¿Cómo empezó todo?
El final de la II Guerra Mundial en 1945 había dejado una Europa en ruinas y dividida que intentaba salir adelante y afrontar una nueva realidad liderada por dos superpotencias (Estados Unidos y la Unión Soviética) que, además, pretendían utilizar el escenario europeo para plasmar sus diferencias ideológicas. En esas circunstancias, las causas últimas que llevaron a iniciar el proyecto serían las siguientes:
- Evitar un nuevo enfrentamiento entre Francia y Alemania, protagonistas de las dos guerras mundiales que habían asolado el continente en la primera mitad del siglo XX. Unir a ambas potencias europeas en un proyecto común minimizaría los riesgos de una nueva guerra.
- Unificar esfuerzos para superar las secuelas de la II Guerra Mundial, que había dejado Europa empobrecida y con sus recursos muy limitados, además de haber perdido un porcentaje muy elevado de población, especialmente joven.
- Ofrecer una alternativa a la influencia de la Unión Soviética y los partidos comunistas en Europa occidental, para evitar que se expandieran sus ideas más radicales y defender, de esta manera, los valores democráticos en un momento en el que las democracias europeas no pasaban por su mejor momento.
Así las cosas, nada más terminar la guerra mundial ya empezaron a darse los primeros pasos de lo que acabaría siendo la Unión Europea, al principio como simple declaración de intenciones y más adelante dando pasos concretos:
- En 1946, Churchill utilizó el término “Estados Unidos de Europa” durante una conferencia. Entonces no pensaba que el Reino Unido formara parte de esa entidad, pero entendía que sería bueno para el continente.
- En 1950, el ministro de exteriores de Francia, Robert Schuman, propuso la creación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), que vio la luz al año siguiente con la firma del Tratado de París por parte de los que acabarían siendo los seis países fundadores de la unidad europea: Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Luxemburgo y Países Bajos.
- El paso definitivo se dio unos años más tarde, en 1957, con la firma del Tratado de Roma, que ponía en marcha la Comunidad Económica Europea (CEE), lo que suponía una unión aduanera entre los seis países. Asimismo, también se iniciaba la Comunidad Europea de la Energía Atómica (Euratom) para unificar criterios en un tema tan sensible por entonces como era el uso de la energía nuclear.