De la Guerra Fría a la amenaza islamista
La historia del mundo occidental desde el final de la II Guerra Mundial hasta nuestros días se puede dividir en tres periodos diferenciados por dos acontecimientos muy diferentes pero de alcance mundial: la desaparición de la URSS y los atentados del 11 de septiembre en Nueva York:
- Desde 1945, año del fin de la II Guerra Mundial hasta la caída del muro de Berlín, en 1989, la Guerra Fría, que enfrentó a EE.UU. y sus aliados europeos con el bloque comunista liderado por la Unión Soviética, marcó el desarrollo de la sociedad occidental, que vivió bajo el fantasma de una guerra nuclear. En ese contexto tuvo lugar el inicio de la Unión Europea con la fundación del Mercado Común en 1956 y, posteriormente, tuvieron lugar las protestas pacifistas relacionadas con el movimiento hippie en los años 70 o el surgimiento de los conocidos como partidos verdes al abrigo de los primeros movimientos ecologistas en los años 80.
- La caída del muro de Berlín provocó la desaparición de la URSS en 1991 y el inicio de un breve periodo que tuvo a EE.UU. como única superpotencia mundial. Durante los años 90 se extendió la sensación de triunfo de la cultura occidental que había impuesto su modo de vida y su cultura al resto del planeta. En ese periodo, sin embargo, tuvo lugar en Europa la guerra de la antigua Yugoslavia, que dejó miles de muertos en el enfrentamiento armado entre países como Croacia, Serbia o Bosnia y que dejó la sensación de que Europa occidental era incapaz de impedir un desastre de esa magnitud.
- Sin embargo, los atentados perpetrados en Nueva York el 11 de septiembre de 2001 despertaron a occidente a una nueva realidad. El islamismo radical ya había cometido atentados de diferente gravedad durante los años 90, pero la opinión pública mundial no había percibido el peligro que suponía el fanatismo religioso para la paz en el planeta. Tras los atentados, EE.UU. inició la invasión de Afganistán acusando al régimen talibán de estar detrás de los atentados. En 2003 invadió Irak acusando al dictador Saddam Hussein de fabricación de armas de destrucción masiva. Ambos conflictos han terminado sin solucionar los problemas en los respectivos países y con el enfrentamiento entre el mundo occidental y el islamismo radical todavía candente.