El islam nació en la península arábiga, pero se expandió rápidamente hacia el este (Asia) y hacia el oeste (norte de África, hasta llegar a España). En África hoy en día encontramos dos realidades de los países islámicos con importantes diferencias, la de los países del norte de África y la de los países del África subsahariana:

• Norte de África: han sido tradicionalmente musulmanes ya que la expansión del islam en esta zona ocurrió a lo largo del siglo VII, siglo del nacimiento de esta religión. Los países más destacados de la zona son:

• Egipto: se trata de uno de los países más avanzados de África, ya desde la Antigüedad. Siguió siéndolo durante la época del imperialismo, luchando constantemente contra la injerencia británica y manteniendo una mayor independencia que sus vecinos. Es una república desde 1952 y tres famosos presidentes se han sucedido en el poder desde entonces: Nasser, Anwar el-Sadat y Hosni Mubarak. Los tres combinaron los avances hacia la democracia con posturas dictatoriales apoyadas por occidente para frenar el avance del fundamentalismo islámico. El último fue derrocado en el marco de la “primavera árabe” de 2011 y desde entonces el país avanza con dificultad hacia la democracia.

• Libia: lo incluimos en esta lista por ser un ejemplo de estado fallido. Alcanzó su independencia en 1951 y es una república desde 1969. Desde 1973 estuvo gobernado por la dictadura de Gadafi hasta 2011. En ese periodo llegó a ser uno de los países más prósperos de África, pero con las libertades y los derechos humanos muy limitados. Tras la “primavera árabe” y el derrocamiento de Gadafi, el país se ha visto sumido en un enfrentamiento entre facciones que han empobrecido el país y fomentado el tráfico de personas de toda África que quieren emigrar hacia Europa.
• Marruecos: a pesar de ser una monarquía, posee una constitución que limita algo su poder, lo que convierte al país en el más democrático de la zona. Antiguo protectorado francés y español, su historia reciente está marcada por las relaciones con estos dos países, no siempre fáciles.

• África subsahariana: el islam se ha extendido más recientemente y es donde su expansión está provocando importantes conflictos.

• Somalia y Sudán son los países donde el islam se ha impuesto con más rotundidad. En el caso de este último esta expansión supuso la escisión de Sudán del Sur después de una cruenta guerra civil. Y ese es el peligro que se cierne sobre otros países como Mali, Níger, Chad o Senegal o en menor medida (de momento) en Costa de Marfil o Tanzania.
• Nigeria: encontramos en este país el ejemplo claro de lo que supone y puede suponer en otros países el avance del integrismo o islamismo radical. En el norte del país, de mayoría musulmana, apareció a principios del siglo XXI un grupo terrorista conocido como Boko Haram que pretende imponer la ley islámica o sharía también en la zona sur del país, de mayoría cristiana. El peligro es mayor porque en ocasiones han tenido la fuerza suficiente para extender su poder por los países limítrofes. La lamentable situación económica de algunas de estas zonas facilita su expansión y el rechazo a los ideales occidentales.