La evaluación por competencias en Bachillerato, según establece la LOMLOE, ha de ser continua. Se trata de una evaluación diferenciada y no integradora como en la etapa de Secundaria, debido a la especialización de cada una de las modalidades. En el caso concreto de esta situación de aprendizaje (en adelante, SA), los criterios de evaluación aplicables se encuentran recogidos en el apartado «Concreción curricular». Además de los criterios aplicables, se proponen en la SA diversas técnicas de evaluación, que favorezcan la evaluación de distintas acciones evaluables a través de instrumentos de evaluación.

Al tratarse de una SA diseñada para una materia del Bachillerato de Humanidades, las acciones evaluables más comunes son aquellas que promueven el uso, comprensión y traducción de fuentes primarias y la reflexión crítica y la discusión basada en argumentos que respeten los Derechos Humanos y en información rigurosa y contrastada. Cada sesión contiene, a menos, una acción evaluable de estos dos tipos. Otras acciones evaluables tienen que ver con la búsqueda, selección y presentación de información; con la expresión escrita acerca de un tema propuesto, con la aportación de comentarios en el proceso de coevaluación o con la ejecución de una presentación oral. 

La dinámica de la SA es una dinámica ágil, en la que la secuencia de las distintas tareas o actividades que componen cada sesión se van concatenando hasta finalizar con una reflexión en torno a las preguntas que, motivadas por las actividades ejecutadas, cada alumno/a diseña para su entrevista. En esa agilidad son fundamentales las preguntas bisagra (aquellas que permiten al docente tomar una decisión acerca de lo que va a hacer a continuación, pues las respuestas le permiten valorar problemas de comprensión o aprendizaje), así como la observación por parte del docente. En este sentido, recomendamos: 

• Planificación de la observación (variando en cada sesión en función de los puntos clave de la tarea: la observación de una tarea de traducción por parejas no tendrá en cuenta los mismos parámetros que la observación de un debate).
• La observación debe recogerse en el momento, no con posterioridad.
• Los parámetros de la observación de cada tarea deben aplicarse con igual criterio a todo el alumnado.
• El currículum de la materia de Griego (RD 243/2022, de 5 de abril) promueve la utilización de la coevaluación y autoevaluación como procesos que favorecen la reflexión consciente del alumnado sobre su propio proceso de enseñanza y aprendizaje. Estos procesos de evaluación pueden resultar muy beneficiosos en determinadas tareas, en tanto que la ayuda entre iguales suele traducirse en un aprendizaje significativo. Siguiendo esta premisa, se ha diseñado una rúbrica de coevaluación para la sesión 8, en la que, a su vez, el docente observará y tendrá en cuenta las aportaciones constructivas que el alumnado realiza para tratar de mejorar las presentaciones de sus compañeros. Se propone la coevaluación, también, en distintas actividades de trabajo textual, con el objetivo de fomentar que el alumnado reflexione sobre el proceso de traducción en consonancia con los establecido en la competencia específica 1.

Por definición, una situación de aprendizaje no puede ser calificada exclusivamente por el producto final. En el caso de «El síndrome de Ulises», el trabajo textual y la reflexión acerca de la vigencia de conceptos tales como la nostalgia, la hospitalidad o el viaje, permiten, por sí mismos, trabajar diferentes competencias. Con todo, cobran sentido para el alumnado a la luz del reto final, esto es, el diseño de un taller de concienciación sobre dicho síndrome para el primer ciclo de ESO. La calificación de la SA debe ponderar las tareas llevadas a cabo en cada sesión en vista de los criterios de evaluación y de las técnicas e instrumentos de evaluación comentados.