Justiniano I fue emperador de Bizancio entre los años 527 y 565. Uno de sus principales objetivos fue revivir el esplendor del Imperio Romano. Por ello, inició una serie de campañas para conquistar territorios, alcanzando la máxima extensión geográfica del Imperio Bizantino durante su reinado:

• Tuvo que hacer frente al imperio sasánida para asentar la frontera oriental de Bizancio.
• Luchó contra los vándalos para asentarse en el norte de África.
• Hizo frente al reino ostrogodo para conquistar las tierras italianas, base del Imperio Romano.
• En el Mediterráneo occidental luchó contra los visigodos para asentarse en algunas plazas del levante de la Península Ibérica.

Las políticas de Justiniano no pensaban únicamente en la ampliación de fronteras. También realizó una serie de reformas legislativas que le llevaron a crear el Corpus Iuris Civilis (534), una compilación de textos legales decretados desde el s. II en el Imperio Romano, base del Derecho Romano. En la elaboración de la legislación, también tuvo importancia la mujer de Justiniano, Teodora, muy involucrada en el aumento de los derechos de las mujeres.

La política religiosa fue otro de los pilares del gobierno de este matrimonio, pues persiguieron a los seguidores de Arrio y Nestorio por ser corrientes heréticas, aunque no se atrevieron con los monofisitas (que solo ven en Jesús la naturaleza divina y no la humana).