Un poco de historia
Con el estudio de este fenómeno, que tiene su representación mayoritaria en la lengua hablada y en menor medida en la escrita, los gramáticos han atestiguado que la igualación (neutralización) de los casos latinos es uno de los factores que contribuyen a explicar la aparición del leísmo, laísmo y loísmo. Otros estudiosos han presentado el leísmo como el resultado de hacer prevalecer el género (lengua castellana) frente a los casos (lengua latina) en los pronombres átonos de tercera persona. Las discusiones acerca de la corrección o incorrección del leísmo, laísmo y loísmo se remontan al siglo XVI y todavía perviven en la actualidad.
Para conocer un poco más información de los casos de la lengua latina, puedes acceder a estas páginas:
En relación con la lengua latina, los pronombres personales se pueden clasificar en seis grupos atendiendo a sus rasgos de caso:
- En caso nominativo (sujeto): yo, tú.
- En caso preposicional: mí, ti, sí, conmigo, contigo, consigo.
- En caso acusativo (CD): lo, la, los, las.
- En caso dativo (CI): le, les.
- Sin distinción entre acusativo y dativo: me, te, se, nos, os.
- Sin distinción específica de caso: nosotros/as, vosotros/as, usted/es, vos, él, ella, ello, ellos, ellas.
Ocurrió que el sistema de pronombres átonos del castellano, como se ve en el grupo quinto, no mantuvo la distinción que hacía el latín entre las formas de dativo (mihi, tibi, nobis, vobis) y las de acusativo (me, te, nos, os). Por dicho motivo empleó las formas de acusativo de primera y segunda persona para las variantes con dativo. La extensión de este proceso a la tercera persona se remonta al latín y prosigue en el romance.
Esta falta de distinción se produjo en dos direcciones:
- La dirección de utilizar los pronombres dativos propios del CI le/les (procedentes del dativo latino illi/illis) como si fueran acusativos para sustituir al CD. Este fenómeno pasará a denominarse leísmo. Por ejemplo, en el enunciado La policía encontró a Luis, en vez de pronominalizarlo con el pronombre propio de CD (La policía lo encontró), lo realiza así: La policía le encontró. En el leísmo se distinguen leísmo de persona (masculino), leísmo de persona (femenino) y leísmo de cosa.
- La doble dirección de:
2.1. Utilizar los pronombres femeninos acusativos propios del CD la/las (procedentes del acusativo latino illam/illas) como si fueran dativos para sustituir al CI. Este fenómeno pasará a denominarse laísmo. Por ejemplo, en el enunciado Juan dijo un secreto a su hermana, en vez de pronominalizarlo con el pronombre propio del CI (Juan le dijo un secreto), lo realiza así: Juan la dijo un secreto. En el laísmo se distinguen laísmo de persona y laísmo de cosa.
2.2. Y utilizar los pronombres masculinos acusativos propios del CD lo/los (procedentes del acusativo latino illum/illos) como si fueran dativos para sustituir al CI. Este fenómeno pasará a denominarse loísmo. Por ejemplo, en el enunciado Juan dijo un secreto a sus amigos, en vez de pronominalizarlo con el pronombre propio del CI (Juan les dijo un secreto), lo realiza así: Juan los dijo un secreto. En el loísmo se distinguen loísmo de persona y loísmo de cosa.