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Lírica de los años 40 y 50

Tres dolores

A continuación encontraréis tres fragmentos de poemas de diferentes autores de la lírica de posguerra, escritos en los años cuarenta: 

Madrid es... Dámaso Alonso

Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas).

A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro,

y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna.

Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.

Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma,

por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid,

por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo. [...]

Dámaso Alonso. Hijos de la ira (1944). Colección Austral, 1973

El dolor es... Luis rosales

[...] El dolor es un largo viaje,
es un largo viaje que nos acerca siempre,
que nos conduce hacia el país donde todos los hombres son iguales,
lo mismo que la palabra de Dios, su acontecer no tiene nacimiento, sino revelación,
lo mismo que la palabra de Dios, nos hace de madera para quemarnos,
lo mismo que la palabra de Dios, corta los pies del rico para igualarnos en su presencia,
y yo quiero deciros que el dolor es un don
porque nadie regresa del dolor y permanece siendo el mismo hombre. [...]

 Luis Rosales. La casa encendida (1949). Editorial Denes, 2003

Fantasmas de hielo y sombra... Concha Méndez

[...] Fantasmas de hielo y sombra

animados y sin alma

me cercan por todas partes

adondequiera que vaya.

Me cercan y me persiguen,

pero nunca me acobardan.

Porque al hielo que me oponen,

les opongo fuego o llama.

Con ellos estoy en duelo,

en duelo que no se acaba. [...]

Concha Méndez. Poesía completa. Centro cultural de la generación del 27, 2008

Tras haber leído y comprendido los fragmentos, responded a las siguientes cuestiones. Os recomendamos que lo hagáis por grupos, debatiendo entre vosotros/as hasta llegar a una respuesta consensuada:

  • Determinad un sustantivo relacionado con las sensaciones y sentimientos que le asignaríais a cada uno de los fragmentos (por ejemplo, desesperaciónresignación...) y justificad por qué habéis elegido ese relacionándolo con el contenido del texto.
  • Los tres poemas reflejan la actitud de cada poeta ante la adversidad. Tratad de determinar qué diferencias encontráis entre ellos, comparando los tres fragmentos.
  • Sintetizad en una sola oración la idea principal que transmite cada fragmento. Intentad expresarlo mediante un sustantivo, quizá el que habéis elegido antes (por ejemplo, El fragmento trata de la desesperación del poeta ante...).
  • ¿En qué medida creéis que estos versos están relacionados con el momento histórico en el que estaban viviendo sus autores?

La lírica de posguerra: arraigo, desarraigo y exilio

Tras la guerra civil, el panorama poético anterior, que había sido muy fructífero, quedaba roto y devastado. De entre los poetas con producción anterior, unos habían sido asesinados, como García Lorca, otros habían muerto en la cárcel, como Miguel Hernández, o en el exilio, como Antonio Machado. Un importante grupo, entre quienes se encontraban Rafael Alberti, Concha Méndez o León Felipe, se habían exiliado y continuarían creando en el extranjero. Otros permanecieron en el país, como Luis Rosales, Carmen Conde o Dámaso Alonso.

En el interior, la situación era desoladora. Al hambre y la miseria de la posguerra se sumaban la censura y la represión. Dámaso Alonso clasificó la poesía del momento en dos tendencias: la arraigada, de quienes conviven en cierta paz con el régimen político, y la desarraigada, de quienes reflejan la angustia y el horror del ser humano en esa época.

La poesía arraigada es una lírica clasicista, sin innovaciones vanguardistas, sosegada y con un cierto optimismo, en torno a temas como el paisaje y el amor. Sus autores retornan a formas clásicas como el soneto y se agruparon en la revista Garcilaso. El poeta más destacado de este grupo es Luis Rosales, que publica La casa encendida, su obra más conocida, en 1949. Es un libro melancólico y de una religiosidad serena.

La poesía desarraigada parte de que «el mundo es un caos y una angustia», como lo definió Dámaso Alonso, y no se centra en los juegos vanguardistas, pero sí utiliza el verso libre y recursos que buscan el impacto emotivo y la ruptura del verso. Sus autores aplican a la lírica las teorías del existencialismo, que entiende el mundo vacío de sentido y abandonado por Dios, y se agruparon en torno a la revista Espadaña. Las dos obras fundamentales de este grupo son Hijos de la ira, de Dámaso Alonso, y Sombra del paraíso, de Vicente Aleixandre, ambos publicados en 1944.

Además de poeta, Dámaso Alonso fue un gran estudioso de la literatura española. Al final de su vida, donó su importante colección de libros a la RAE.
Biblioteca de Dámaso Alonso
Flickr / RAE. Biblioteca de Dámaso Alonso
(CC BY-NC-ND)

En la lírica del exilio, además de los poetas ya consagrados, destaca en esta época León Felipe, que escribe una poesía desesperada y rabiosa sobre la situación de España y el sentimiento de haber sido expulsado, así como la de Concha Méndez, que expresa sus sensaciones en torno al exilio, la maternidad o la muerte.

Tres dolores: revisamos

Ahora que habéis leído sobre la lírica de posguerra, revisad y completad vuestras respuestas a la actividad inicial. ¿Entendéis ahora mejor los textos?

Los años cincuenta: poesía social

En la siguiente década, la angustia de la poesía desarraigada evoluciona hacia la denuncia social, al igual que ocurre en la narrativa. Es una lírica que pretende tener una incidencia real en la sociedad, despertar conciencias. Así pues, los poetas hablan de las condiciones de vida y de la falta de libertades, y se centran en el tema de la España del momento. Para ello utilizan un estilo sencillo, que pueda ser comprendido por la «inmensa mayoría», como determinó Blas de Otero, y se sirven del verso libre.

La poesía social fue un movimiento que se dio tanto en castellano como en catalán, gallego o vasco. Además de los autores de la poesía desarraigada, que evolucionaron hacia este movimiento, los más relevantes de la poesía social son Blas de Otero, del que es muy conocido su poema «Pido la paz y la palabra», Gabriel Celaya, con versos como «maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales», o Ángela Figuera Aymerich.

Algunos poemas de estos autores fueron musicados posteriormente por cantautores como Paco Ibáñez y sirvieron de himnos para la joven oposición antifranquista universitaria que tomó fuerza en los años sesenta y setenta.

A continuación podéis leer unos versos de Ángela Figuera Aymerich, de su poema «Culpa», que responden a las características de la poesía social:

Si un niño agoniza, poco a poco, en silencio,
con el vientre abombado y la cara de greda.
Si un bello adolescente se suicida una noche
tan sólo porque el alma le pesa demasiado.
Si una madre maldice soplando las cenizas.
Si un soldado cansado se orina en una iglesia
a los pies de una Virgen degollada, sin Hijo.
Si un sabio halla la fórmula que aniquile de un golpe
dos millones de hombres del color elegido.

[...]

Si la cárcel, si el miedo, si la tisis, si el hambre.
Es terrible, terrible. Pero yo, ¿qué he de hacerle?
Yo no tengo la culpa. Ni tú, amigo, tampoco.
Somos gente honrada. Hasta vamos a misa.
Trabajamos. Dormimos. Y así vamos tirando.
Además, ya es sabido. Dios dispone las cosas.

Y nos vamos al cine. O a tomar un tranvía.

Ángela Figuera Aymerich. Obras completas. Hiperión, 1986

La poesía es un arma cargada de futuro

Teniendo en cuenta lo que habéis leído sobre la poesía social, ¿cómo interpretáis este título de Gabriel Celaya?: 

«La poesía es un arma cargada de futuro»

Si escucháis atentamente la versión cantada de María Berasarte a partir de la de Paco Ibáñez, podréis contestar mejor a la pregunta. ¿Qué otros versos del poema os parece que sustentan la misma idea?

María Berasarte. La poesía es un arma cargada de futuro (Licencia de YouTube estándar)

Alternativa textual de la infografía "El texto argumentativo"

Se proporciona a continuación la alternativa textual de la infografía incluida en la actividad anterior:

Iniciación a la tipología textual. El texto argumentativo

Para qué sirve

Los textos argumentativos buscan aportar razones para exponer una idea u opinión y convencer así a un receptor.

Qué partes tiene

  • Tesis: la idea fundamental que el texto quiere defender.
  • Argumentos: razones y pruebas que sostienen la tesis y permiten convencer al receptor.
  • Antítesis: la idea opuesta a la tesis, que el emisor utiliza para refutarla. Aparece a veces entre los argumentos.

Estructuras

Deductiva:

  1. Se presenta la tesis.
  2. Se desarrollan distintos argumentos.
  3. Se vuelve a la tesis en una conclusión.

Inductiva:

  1. Se van presentando los distintos argumentos.
  2. Se llega a la tesis como conclusión.

Tipos de argumentos

  • Causa / consecuencia
  • Citas o argumentos de autoridad
  • Ejemplos
  • Pruebas o argumentos de hecho
  • Verdades aceptadas por la sociedad
  • Argumentos que apelan a los sentimientos

Características

  • Organización en párrafos con sentido completo.
  • Se mueve entre la objetividad y la subjetividad. Admite la 1ª y la 3ª persona.
  • Utiliza conectores para guiar la argumentación.
  • Tiene que ser claro y coherente.
  • Depende mucho de quién sea el receptor del texto.

Consejos

Si vas a escribir un texto argumentativo:

  1. Recopila la información necesaria sobre el tema.
  2. Ten clara la idea o ideas que quieres transmitir.
  3. Haz un esquema o borrador y organiza los argumentos.
  4. Al escribir, ten presentes las características de este tipo de textos.
  5. Después de escribir, revisa, corrige y reescribe.

Adaptado de Tipologías textuales: la argumentación. Proyecto Cíceros