Un arte urbano
La calidad de vida de las ciudades romanas estuvo marcada por la disponibilidad de agua en ellas. Los ingenieros romanos demostraron unos conocimientos que hoy en día todavía sorprenden. Fueron genios en multitud de disciplinas que permitieron generar estructuras que, aprovechando el desnivel del lugar de origen de los manantiales de agua, permitieron que esta pudiera llegar a las urbes en las que era consumida, lo que hizo posible la salubridad y la higiene de las mismas.
Dos ejemplos:
El acueducto de Los Milagros se encuentra en Mérida (Emerita Augusta) y fue construido durante el Bajo Imperio. Este acueducto fue vital para una de las ciudades más importantes de la Hispania romana.
Pero sin duda alguna el más conocido de todos es el acueducto de Segovia, construido en el siglo I d. C. El granito fue el material utilizado y su altura alcanza los 30 metros de altura.